Ante el gran impacto de la uveítis en la calidad de vida de los pacientes, es vital conocer las señales de advertencia de esta enfermedad, para poder diagnosticarla y tratarla a tiempo. Los síntomas suelen aparecer de repente y empeoran con rapidez. Sin embargo, en ocasiones son leves y se requiere de un examen oftalmológico para detectar este mal que, sin tratamiento, puede llevar al deterioro permanente de la visión.
Se estima que la uveítis representa la tercera causa de ceguera en edad media de vida en países en desarrollo, con un 10% a 15% de los casos.
Esta dolencia se caracteriza por la inflamación de la úvea, que es la capa media del ojo formada por el iris, el cuerpo ciliar y la coroides, que a su vez se clasifica según el área donde se ve comprometida. Su incidencia en países desarrollados varía entre 15 y 17 casos por cada 100 mil habitantes, con una prevalencia de 0,1%, siendo más frecuente entre los 20 y 50 años.
Entre sus síntomas más comunes se encuentran: enrojecimiento del ojo, dolor, fotofobia, es decir, intolerancia a la luz, visión borrosa y, en ocasiones, visión de manchas o puntos flotantes.
“Estos pueden variar dependiendo de la gravedad del cuadro y el tiempo de evolución de la enfermedad, así como de las estructuras del ojo comprometidas en el proceso inflamatorio. Si bien, no siempre se logran determinar las causas exactas de la uveítis no infecciosa, entre los factores de riesgo que pueden desencadenarla están las enfermedades inflamatorias y autoinmunes sistémicas como las espondiloartritis, enfermedades reumáticas, artritis idiopática juvenil, enfermedad inflamatoria intestinal, y el lupus, entre otras”, afirmó la doctora Alejandra de la Torre, médica oftalmóloga.
Por supuesto, la pérdida de la visión afecta física y emocionalmente a los pacientes. Y al ser una enfermedad crónica y en muchas ocasiones recurrente y discapacitante, gran parte de ellos llegan a depender de un familiar para llevar a cabo sus actividades cotidianas.
Cada paciente con uveítis debe recibir un tratamiento personalizado, por eso es importante visitar al médico oftalmólogo si presenta la sintomatología, quien después de examinarlo lo referirá a un oftalmólogo subespecialista en úvea, para el diagnóstico final y tratamiento, según sea el caso.
Tipos y su sintomatología
- Cuando la úvea se inflama en la parte delantera del ojo se llama uveítis anterior. Esta comienza repentinamente y los síntomas pueden durar varias semanas. Algunas variantes de este tipo de uveítis son crónicas, mientras que otras desaparecen y regresan, presentándose de manera recurrente.
- La inflamación de la úvea en la parte media del ojo se llama uveítis intermedia. Los síntomas pueden durar desde algunas semanas, hasta muchos años. Esta variante puede ser cíclica, algunas veces mejora y otras empeora.
- La inflamación de la úvea en la parte de atrás del ojo se llama uveítis posterior. Los síntomas se pueden manifestar de forma gradual y pueden durar muchos años.
“Es importante mencionar que no existe una cura definitiva para esta enfermedad, pero sí hay tratamientos que pueden evitar desenlaces lamentables. Por esto, cuando se detecten signos y síntomas como dolor excesivo en los ojos y problemas de visión repentinos, es indispensable buscar atención médica de inmediato”, señala la doctora de la Torre.
Ante el gran impacto de la uveítis en la población, debido a que falta generar conciencia sobre las señales de alarma para detectarla y tratarla a tiempo, desde AbbVie se promueve la campaña ‘#OjoConLaUveítis’, con información clara sobre la patología a fin de motivar a la población colombiana a proteger su salud. Según cifras de la OMS, 285 millones de personas viven con discapacidad visual en el mundo actualmente y del 10% al 20% de los casos se deben a esta enfermedad.