Llegan el fin de año, los niños finalizan un grado más y las anheladas vacaciones por fin están a la vuelta de la esquina, pero no para quienes trabajan en las salas de emergencia de hospitales y clínicas de la ciudad, y mucho menos para los médicos oftalmólogos, que ven en el inicio de la temporada vacacional un aumento en los casos de lesiones oculares.
Según lo indica Omar Salamanca, Médico oftalmólogo del Centro de Salud Visual del Centro de Rehabilitación para Adultos Ciegos-CRAC, “Las vacaciones representan una amenaza potencial a la salud visual ya que generalmente se entienden las vacaciones como una época en la que la mayoría de las personas realiza actividades poco comunes en su vida diaria, sin la adecuada previsión y protección, afectando su visión de manera transitiva o permanente”.
Pero, ¿Cómo pueden las vacaciones convertirse en una amenaza para la salud visual? Se pensaría que mientras no practiquemos deportes extremos nuestros ojos están a salvo, pero Salamanca corrige ésta afirmación, haciendo una lista de actividades aparentemente poco riesgosas, pero que potencialmente pueden provocar daño ocular y el fin intempestivo de unas vacaciones:
· “Ponerse creativos” sin proteger los ojos
Muchas personas aprovechan las vacaciones para por su cuenta tapizar los muebles, arreglar puertas, pintar la casa o entretener a los niños elaborando manualidades. “Eso está muy bien” dice Salamanca, “mientras se tomen las medidas necesarias para proteger los ojos tanto de los adultos, como de los niños”. De acuerdo con el profesional, muchas de las lesiones oculares que se ven en la época de vacaciones corresponden a objetos extraños (astillas de madera, aserrín, ganchos de cosedora e incluso clavos) que vuelan sin control al realizar actividades manuales, incrustándose en los ojos y produciendo lesiones; por eso enfatiza en la importancia de incluir en la lista de materiales unas buenas gafas protectoras profesionales, antes de iniciar cualquier proyecto manual.
· “Sumergirse en una piscina”
Nadie va a brincar a una piscina llena con químicos que puedan afectar su integridad, sin embargo, el especialista asegura que ha tenido que atender algunos casos donde las personas por no perderse la diversión en la piscina, no se salen de ésta aunque al sumergirse sus ojos ardan e incluso duelan. “Si al meterse a una piscina sus ojos pican, arden o después de un rato siente punzadas en ellos, usted está dentro de una piscina donde los químicos no están balanceados y pueden ser nocivos para la visión” manifiesta Salamanca. El consejo del oftalmólogo: “Salga de esa piscina inmediatamente y no vuelva a entrar, lave los ojos con agua limpia y si la irritación persiste, consulte a un profesional lo más pronto posible”. Normalmente se puede conseguir reportes de la calidad del agua de las piscinas, y estos se deben revisar.
· Practicar deportes sin protección
“En éste punto quiero detenerme y hacer un llamado especialmente a los jóvenes” dice Salamanca, “los jóvenes no llegan siquiera a imaginar el peligro que representa practicar el popular Paintball…una pistola a presión lanzando balas de caucho que además están llenas de pintura y explotan al contacto…si no se usa protección y una de éstas balas golpea un ojo…puede causar un trauma grave que puede incluir pérdida de la visión”.
La práctica de deportes tradicionales también supone un riesgo de acuerdo con el oftalmólogo ya que la mayoría de los deportes que se practican por equipos, son deportes de contacto donde no es raro recibir golpes en la cabeza, cara y ojos, además el tamaño de la bola con la que se juega y la velocidad con que ésta se lanza representan una amenaza real para la visión en deportes como el hockey, beisbol, tenis y golf entre otros. Para prevenir accidentes, el oftalmólogo del Centro de Salud Visual del CRAC, recomienda utilizar gafas protectoras de material resistente que se adapten a las exigencias de cada deporte.
· Tomar el sol de manera prolongada
Los rayos ultravioleta pueden afectar la visión si la exposición al sol es prolongada y no se llevan lentes de sol con al menos filtro UV y preferiblemente con filtro UVA. “Es recomendable conseguir unas gafas con la protección adecuada (filtro), así sean más costosas” aclara Salamanca. Además sugiere que las gafas deben quedar bien ajustadas al contorno de los ojos y si es posible obtener un modelo que proteja la visión desde todos los ángulos de manera envolvente, “aunque no sea lo más de moda”.
Pero las gafas de sol no son suficientes si se planea pasar todo un día bajo el rayo de sol; para Salamanca, las gafas protectoras deben ir en “combo” con el uso de gorra o sombrero de ala ancha que proteja toda la cara de los peligroso rayos ultravioleta.
Aunque la lista de actividades que las personas realizan en vacaciones y que pueden potencialmente afectar su salud visual podría ser interminable, el especialista prefiere hacer énfasis en las cuatro anteriores, y para finalizar, advierte sobre la importancia de tener siempre en cuenta la protección de los ojos en cada una de las actividades que se realizan a diario.