Un grupo de científicos advirtió que los océanos están peor de lo que se creía por culpa de una combinación mortal: el calentamiento, la desoxigenación y la acidificación.
"Estamos exponiendo a los organismos a una presión evolucionaria intolerable", afirma el informe del Programa Internacional Sobre el estado de los Océanos (IPSO, en inglés) y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
"La próxima extinción masiva (de especies) puede haber empezado", agrega el informe.
El informe avisa de la acidez sin precedentes mientras se sigue quemando carbón y petróleo y se emite dióxido de carbono, una tercera parte del cual es absorbido por el mar.
Las actuales emisiones de dióxido de carbono, unas 30 gigatoneladas por año, son al menos diez veces mayores que las que precedieron a la anterior gran extinción de especies en la Tierra, hace 55 millones de años, afirma el estudio.
Por su parte, el grado de acidez del océano no se veía desde hace al menos 300 millones de años.
"Las previsiones sobre la concentración de oxígeno en los océanos apuntan a una caída de entre 1% y 7% antes de 2100", añadieron sobre la desoxigenación. Dos fenómenos se conjuran: una "tendencia general a la disminución de los niveles de oxígeno en los océanos tropicales y las zonas del Pacífico norte en los últimos 50 años" causado por el calentamiento global y "un increíble aumento de la hipoxia costera (débil cantidad de oxígeno)" vinculada a los deshechos agrícolas y las aguas residuales.
"Muchos organismos van a encontrarse en entornos inadecuados", agrega el estudio.
Sus autores proponen intervenciones urgentes. Por ejemplo, reducir los gases de efecto invernadero hasta niveles previos a la revolución industrial, un objetivo de la ONU que cada vez aparece más lejano.
Piden también la supresión de los subsidios gubernamentales a la pesca, que contribuyen a la explotación excesiva, y prohibir técnicas de pesca destructivas, como las redes de arrastre que llegan hasta el fondo.
Los mares cubren aproximadamente tres cuartas partes de la superficie terrestre, proporcionan la mitad del oxígeno que respiramos y alimentan a miles de millones de personas.
"La salud de los océanos está decayendo mucho más rápido de lo que pensábamos", dijo el director científico del IPSO en el documento.
"Estamos viendo cambios más grandes, ocurriendo más rápido, y con efectos más inminentes de lo que habíamos anticipado. La situación debería ser de gran inquietud para todo el mundo", sentenció.