Considerada una leyenda viviente, semi recluida pero aún activa a los 83 años, la artista japonesa Yayoi Kusama es objeto desde este jueves de una gran retrospectiva en el Museo Whitney de arte estadounidense de Nueva York.
La muestra, que se extiende hasta fines de septiembre, incluye unos 150 obras de arte de Kusama, entre ellas la magistral instalación "Fireflies on the Water" (Luciérnagas sobre el agua, 2002), propiedad del Whitney, y que podrá ser visitada en la planta baja del museo.
Si bien la retrospectiva ya ha pasado por el Centro Pompidou de París y la Tate Modern de Londres, su llegada a Nueva York, última etapa, es más que simbólica, teniendo en cuenta el fuerte vínculo entre la artista y esta ciudad.
En efecto, Kusama, nacida en Matsumoto en 1929, llegó a la Gran Manzana en 1958 y en la década de los 60 se encontró en el centro de la vanguardia artística asociada al pop y el minimalismo.
Tras labrarse un nombre con exposiciones y "happenings", algunos de ellos incluyendo desnudos en puntos célebres de la ciudad como el puente de Brooklyn o Central Park, volvió a su país en 1973.
Víctima de reiterados transtornos psiquiátricos, Kusama se internó poco después en un hospital para enfermedades mentales en Tokio, donde ha establecido desde entonces su residencia de manera casi permanente.
La retrospectiva es la primera de Kusama en Occidente desde 1998 y busca "mostrar el conjunto de la producción de la artista a través de su larga y variada carrera, contextualizando su estadía en Estados Unidos con representaciones de su carrera anterior y posterior en Japón", indican los organizadores.
La muestra del Whitney incluye pinturas minimalistas de sus primeros años en Nueva York, sus conocidas esculturas "blandas" como "Accumulation" (1963), un sillón pintado de blanco y cubierto de decenas de apósitos de tela rellenos.
Los visitantes también podrán observar el film "Self-Obliteration" (1968), que captura su periodo de experimentación con performances y actividades fuera del tradicional ámbito de una galería de arte.
En cuanto a "Fireflies on the Water", la instalación consiste de una pequeña habitación oscura cubierta de espejos con un estanque de agua en el centro y pequeñas luces colgando del techo, lo que crea un efecto visual desorientador e invita a buscar la trascendencia más allá de uno mismo.
El Museo Whtiney, centrado en arte estadounidense del siglo XX y contemporáneo, fue fundado en 1930 por la escultora, mecenas artística y filántropa estadounidense Gertrude Vanderbilt Whitney (1875-1942).
Inicialmente se encontraba en el bohemio barrio de Greenwich Village, en el sur de Manhattan, aunque más tarde se mudó a su actual dirección en el Upper East Side, cerca de Central Park.
Se espera que el Whitney vuelva a moverse a un nuevo edificio más grande en 2015, esta vez al barrio de Meatpacking, en el sudoeste de Manhattan.
AFP