LA MAYORÍA de parejas tienen como proyecto de vida tener hijos para constituir una familia. Nace el bebé y sin duda todos esperan que llegue un niño sano. Pero… ¿si no es así? ¿Qué pasa si es pequeño, no porque los padres lo sean, sino porque es una condición médica que se debe tratar, entonces, qué hay qué hacer?
Pasa el tiempo y los padres no le prestan atención al hecho de que sus hijos no crecen lo suficiente comparados con los niños de su misma edad. Se convencen a sí mismos que todo lo que necesitan es tiempo.
Pero la sabiduría popular no es siempre sabia y los niños están ante un problema endocrino severo de talla baja y los padres…lo desconocen. Más que ser un problemita estético porque es bajito, es hora de poner su estatura en manos de un especialista.
Qué significa nacer con talla baja
Por razones ambientales, maternas o a veces fetales los bebés nacen prematuros, con bajo peso y talla baja. Igualmente pueden nacer a los nueve meses pero ser pequeños, es decir pesar menos de 2.500 gramos y medir menos de 46 cms. Esta patología se llama “Pequeño para la edad gestacional”, PEG, Por sus siglas en inglés SGA (Small for Gestational Age ).
Si los niños que no crecieron en los rangos normales dentro del útero recuperan su talla durante los dos primeros años, no hay problema y se desarrollarán sin ninguna complicación. Esto ocurre en el 85-90% de los casos. Pero el 10-15 % de los casos restantes no recuperan los centímetros perdidos y es aquí, donde existe el riesgo de la talla baja.
A este grupo de niños, la Agencia norteamericanaresponsable de la regulación de alimentos y medicamentos,FDA, aconseja el inicio de un tratamiento que consiste en el uso de la hormona de crecimiento desde los dos años de edad para recuperar y mejorar la talla final. Por su parte, la EMEA (Agencia europea con las mismas funciones), sugiere iniciar el tratamiento con la hormona de crecimiento a partir de los cuatro años de edad, debido a que los bebés prematuros (los nacidos antes del término de los nueve meses) se demoran más en recuperar la talla perdida, que en la mayoría de casos se prolonga hasta los cuatro años.
Los riesgos
Los niños PEG “pequeño para la edad gestacional”, no sólo presentan problemas de talla baja final, sino también mayor riesgo de obesidad, dislipidemia o colesterol alto, riesgo cardiovascular, resistencia a la insulina y diabetes tipo 2.
Las niñas presentan alteraciones menstruales, acné, exceso de vello y ovario poliquístico. Se considera que el síndrome de ovario poliquístico es una de las causas principales de la subfertilidad femenina y es el problema endocrino más frecuente en las mujeres en edad reproductiva.
Son múltiples las patologías que se derivan al nacer pequeño. Pero entre ellas hay que hacer especial énfasis en el riesgo que corren los niños y niñas de quedar con talla baja final, sino se detecta y se trata a tiempo y de manera adecuada. Lamentablemente, por falta de información esto es lo que ocurre en la mayoría de casos. Aquí es donde radica el verdadero problema.
No existe la conciencia del riesgo y los padres acuden al endocrino pediátrico cuando el problema lleva varios años de evolución, el niño ha crecido en edad y en consecuencia no es mucho lo que se puede hacer.
Consulta a tiempo
Hay un error común en los padres y es creer que todos los problemas de salud de su bebé deben ser tratados únicamente por el pediatra. Al igual que los adultos, los niños deben contar con la supervisión de médicos especialistas en cada área.
El primer indicio de talla baja es cuando se observa que el crecimiento y estatura de los niños están por debajo del rango de su promedio. Y mucho más aún, si el niño o niña ha nacido pequeño o prematuro.
Al respecto, los más recientes estudios médicos y científicos afirman que en el tema del desarrollo y crecimiento de los niños, los padres deben estar alerta para vigilarlos continuamente a cualquier edad, aun cuando el niño esté sano.
Cómo detectar la talla baja
Los niños que nacen pequeños o prematuros y que a los dos a cuatro años no se encuentran dentro de los rangos normales de estatura, deben ser valorados oportunamente por el endocrinólogo pediatra para hacer el análisis radiológico de la edad ósea con una radiografía de manos complementada por una valoración bioquímica. De acuerdo con estos resultados, en la mayoría de casos, se requiere tratamiento con hormona de crecimiento.
Una consulta oportuna con el endocrinólogo pediátrico y la aplicación del tratamiento adecuado, asegura que el problema de talla baja es totalmente manejable y se supera con éxito. Los niños y niñas tratados a tiempo, aseguran un desarrollo normal y pueden alcanzar una estatura final dentro los rangos normales de crecimiento.