Tres museos de Estados Unidos, entre ellos el MoMA de Nueva York, presentaron el martes una inédita muestra conjunta del pintor belga René Magritte centrada en su etapa surrealista, movimiento con el cual se convertiría en uno de los artistas más influyentes del siglo XX.

"Magritte: el misterio de lo ordinario, 1926-1938", integrada por unas 80 pinturas, collages, fotos y otros objetos, estará en el Museo de Arte Moderno (MoMA) neoyorquino desde el próximo 28 de septiembre hasta el 12 de enero de 2014, y luego se moverá a la Colección Menil de Houston (Texas, sur) y al Instituto de Arte de Chicago (norte).

"Esta será la primera muestra dedicada a Magritte en más de 20 años, una generación entera, en un museo de Nueva York. También será la primera en dedicar una intensa mirada investigadora a los años del ingreso de Magritte al surrealismo", indicó la curadora Anne Umland en una conferencia de prensa en el MoMA.

Tras iniciarse con el impresionismo y pasar por movimientos como el cubismo, Magritte (1898-1967) comenzó a acercarse al surrealismo en 1926, estando aún en Bruselas, y se volcó definitivamente a él tras mudarse a París al año siguiente.

Su experiencia parisina duró menos de tres años, hasta 1930, pero fue el período "más productivo" de la vida del artista, que firmó "más de 200 pinturas", explicó Josef Helfenstein, director de la Colección Menil, también presente el martes en Nueva York.

En ese sentido, la exposición contará con varias de las obras más emblemáticas de Magritte, empezando por "La traición de las imágenes (Esto no es una pipa)" (1929) con el dibujo de una... pipa.

"El asesino amenazado" (1927), "Los amantes" (1928) y "El falso espejo" (1928) son otras de las pinturas más conocidas que integran la muestra, a la que llegarán préstamos de 60 colecciones públicas y privadas del mundo entero.

Para Anne Umland, las obras presentadas permiten apreciar "el genio único de Magritte" así como también "muchas de las estrategias clave" que utilizaría más adelante para "desfamiliarizar lo familiar y volver profundamente extraño a lo ordinario y cotidiano".

En esos años se observan también las primeras representaciones de sus hombres calvos con sombrero y traje, que se se han convertido en íconos y una de sus marcas registradas.

Como parte del proyecto, investigadores del MoMA procedieron además a un análisis detallado mediante rayos X e imágenes infrarrojas de las obras en manos de ese museo.

Esto arrojó como sorprendente resultado el "hallazgo" de una parte de una pintura perdida de Magritte debajo de otros dos cuadros, ya que el pintor belga volvía a usar o retrabajaba sus telas.

El MoMA había organizado una primera retrospectiva de Magritte en 1965, a cuya inauguración asistió el pintor, apenas dos años antes de su muerte en Bruselas.

AFP.