El museo Picasso de París reabrirá sus puertas el 21 de junio tras varios años de renovación que permitieron duplicar el espacio de exposición en el palacio del siglo XVII que lo alberga en el barrio histórico del Marais.
Los últimos retoques de la obra avanzan a toda marcha. Pronto traerán la tierra para comenzar a plantar el nuevo jardín.
"Nuestro objetivo es abrir las puertas al público para el primer día del verano (boreal), el 21 de junio", explica a la AFP la presidente del museo, Anne Baldassari.
La renovación del Hotel Salé, magnífica mansión barroca de piedra construida en 1659, costará unos 71 millones de dólares, de los cuales 42 millones fueron recabados gracias a la exposición itinerante de las obras del artista español, que fueron exhibidas en otros museos del mundo, incluyendo el Reina Sofía de Madrid.
El mueso inaugurado en 1985 había cerrado sus puertas en 2009. "Las obras demoraron dos años y medio. No se podía hacer en menos tiempo", aseguró Baldassari.
El Hotel Salé estará enteramente dedicado a la presentación de la colección del museo (cuyo acervo incluye 5.000 obras de Picasso y la colección particular acumulada por el artista famoso) y a exposiciones temporarias. Para la reapertura, Baldassari prevé la exposición de unas 450 obras.
Al mudar la administración del museo, los depósitos y los talleres que ocupaban la parte superior del Hotel Salé --construido para un alto funcionario encargado de recabar el impuesto a la sal, de allí su nombre-- las obras permitieron duplicar la superficie inicial de exposición, a 3.800 metros cuadrados.
Convertido en bunker por los robos
La renovación a cargo del arquitecto Jean-François Bodin, consistió además en agregar un amplio patio de entrada cubierto por una claraboya. Una escalera en caracol conduce a un café, que dispone de una magnífica terraza, antes inaccesible.
Se hicieron además las modificaciones necesarias para que los inválidos puedan acceder a todo el museo.
Baldassari muestra entusiasmada los nuevos espacios abiertos en los altillos, recién pintados de blanco y sostenidos por hermosas vigas de madera.
Las grandes salas de exposición fueron rediseñadas por Bodin "respetando el espíritu" de Roland Simounet, el arquitecto que había diseñado el museo hace un cuarto de siglo.
La seguridad también fue rediseñada para adaptar el museo a las necesidades actuales. "Tenemos cámaras de 360 grados por todas partes, sistemas de alarma y vidrios anti-robo. Hoy el museo Picasso se ha convertido en un bunker", asegura Baldassari.
Poco antes del cierre del museo, en 2009, un cuaderno de apuntes de Picasso había sido robado de una vitrina.
"Quisimos hacer algo muy sencillo pero muy bello, para convertir a este palacio del siglo XVII en un edificio compatible con la modernidad de Picasso", declara Baldassari. "Fuimos perfeccionistas en todo", asegura.
El exterior del edificio técnico de cemento que albergará el espacio pedagógico y un auditorio será cubierto de plantas y se agregará un pequeño jardín "cubista".
Recientemente, Baldassari respondió públicamente a varios artículos de prensa que había criticado la forma en que dirigía la renovación del museo y sus métodos de dirección.