El proyecto del museo del exilio cubano en Miami, principal enclave de los expatriados de la isla desde la revolución, superó este jueves su primer escollo, cuando autoridades locales autorizaron su construcción en un terreno frente al mar en la ciudad estadounidense.
La Junta de Comisionados del condado de Miami-Dade, que abarca a Miami, aprobaron con 8 votos a favor y 3 en contra encargar al alcalde Carlos Gimenez que negocie su construcción con el grupo sin fines de lucro que impulsa el museo, en una zona del centro de Miami, frente a la bahía Vizcaína.
El alcalde debe presentar sus conclusiones en 180 días a la junta, según la resolución aprobada este jueves.
Para materializarse, el museo tiene no obstante aún retos por delante, como conseguir el dinero para financiar la obra.
"La experiencia de los exiliados cubanos se asemeja a la historia estadounidense. Es la historia de aquellos que llegaron sin nada y crearon algo", dijo durante la reunión de la junta el impulsor de la resolución, el comisionado Esteban Bovo, hijo de un veterano de la invasión anticastrista de Bahía de Cochinos en 1961.
El museo busca mostrar al público la experiencia de los exiliados cubanos desde la revolución castrista de 1959, en Miami, donde vive la mayor parte de la diáspora cubana.
De concretarse el proyecto, el museo estará ubicado en la llamada Parcela B, detrás del American Airlines Arena del equipo Miami Heat de básquetbol, lo que había levantado polémica porque algunas autoridades y vecinos de la zona deseaban que ese espacio fuera dedicado a un parque público.
De hecho los mismos comisionados de Miami-Dade habían rechazado en junio la posibilidad de que el astro inglés David Beckham usara una zona que incluía la Parcela B para construir un estadio de fútbol para su futuro equipo de la liga profesional estadounidense.
Según el proyecto, el museo del exilio cubano costará 130 millones de dólares, financiados de manera privada, y su edificio fue diseñado por un arquitecto renombrado en Miami, Robert Chisholm.