El cineasta Alain Resnais, monstruo sagrado del cine francés, director de películas como "La guerra ha terminado", "Noche y Niebla" o "Hiroshima mon amour", falleció el sábado por la noche en París a los 91 años, anunció el productor de sus últimos largometrajes, Jean-Louis Livi.
"Falleció anoche, rodeado de sus familiares y seres queridos, en París", declaró este domingo el productor de sus tres últimos filmes, precisando que el realizador "estaba preparando conmigo otra película, de la cual ya había escrito un primer guión".
El presidente francés François Hollande dijo el domingo que Francia había perdido "a uno de sus cineastas más grandes" y saludó una obra que "rompió sin cesar los códigos, las reglas, las formas, y que al mismo tiempo gustó a un público muy amplio".
La pasada edición del Festival de cine de Berlín - la Berlinale-, rindió homenaje a Resnais por su última película, "Aimer, boire et chanter" ("Amar, beber y cantar"), una fantasía sobre el teatro, el cine y el cómic.
En esa oportunidad había recibido el premio Alfred Bauer, atribuido "a una película que abrió nuevas perspectivas".
Nonagenario, seguía rodando filmes, sobre los temas recurrentes del amor, la memoria y la muerte. Hace dos años había dicho en el Festival de Cannes que hacía los filmes para sí mismo, "como en un 'hágalo usted mismo'". "Es como un laboratorio de experimentos, en el que uno mezcla cosas sin saber el resultado que va a obtener", decía.
Cineasta de la memoria y la imaginación, Alain Resnais nació el 3 de junio de 1922 en Vannes (Bretaña), y fue un apasionado desde la adolescencia del cine y la literatura.
Rodó a los 13 años su primer largometraje, antes de inscribirse en la escuela de cine en 1943.
Su filmografía incluye numerosos cortometrajes y documentales, como el impactante "Noche y niebla" sobre los campos de concentración nazis (1955), así como una veintena de largometrajes como "Hiroshima mon amour" (1958), "Providence" (1976), "Mi tío de América" (1980), "Smoking"/"No smoking" (1993) y "On connaît la chanson" (1997).
El delegado general del Festival de Cannes, Thierry Frémaux, manifestó su "tristeza de ver desaparecer a un gigante del cine".
"No es sólo que Alain Resnais haya muerto, es que no habrá más películas de Alain Resnais", deploró, en declaraciones a la radio France-Info.
Frémaux, que señaló que había "conocido muy bien" a Resnais, recordó que al cineasta recibió en 2009 en Cannes un premio por el conjunto de su obra.
"Le gustaba mucho trabajar, y con métodos muy amables. Le gustaba rodearse de su gente", recordó Frémaux, en referencia a los actores André Dussollier, Pierre Arditi y Sabine Azéma, que trabajaron en muchas ocasiones con Resnais.
Pierre Arditi también le rindió homenaje, al declarar al canal BFM-TV que Resnais era "un hombre que era a la vez niño, con la capacidad de maravillarse, y alguien dotado de una extraordinaria madurez y de una gran cultura".
La ministra francesa de Cultura, Aurélie Filippetti, dijo que la obra de Alain Resnais, un "artista inmenso", "hizo brillar al cine francés en el mundo entero".