Por Guillermo Romero Salamanca
Infausta noticia. Además de ser el director de la Orquesta Los Tupamaros, de componer un buen número de canciones, de ser un empresario honorable y respetuoso, de querer a todas las personas de los medios de comunicación, desaparece un gran señor y amigo.
Nunca dejaba de atener a un periodista, acompañó decenas de actividades sociales, se aprestó a atender a los necesitados, tenía su propio programa de televisión, dirigía su orquesta y cuando se le permitía, tocaba el piano.
Más de 300 ejecutantes, vocalista, compositores, arreglistas, sonidistas y oficinistas tuvieron empleo gracias a la gestión por más de 25 años de Fernando Jaramillo al frente de esta orquesta de música tropical.
Buscó siempre que su agrupación fuera perfeccionista, que cada nota se tocara con alegría y que cada tema le quedara en la mente de las personas como si estuviera escuchando un CD.
Con musical propio
Al notar que se acaban los musicales en televisión, Fernando adquirió un espacio en el Canal Uno y allí, los sábados en la tarde oficiaba como presentador, entrevistador y animador, entregando las noticias de su orquesta, de las próximas presentaciones y de los nuevos videos.
Quiso distinguir a Los Tupamaros con un estilo propio. Exigía como quien más a los vocalistas para que le llevara al público nuevas coreografías y cada semana atendía a jóvenes cantantes o a músicos que le llevaban propuestas de bailes o de letras.
Nunca bebía licor
Los médicos recomiendan que para cuidar el corazón no se debe beber ni fumar. Fernando les obedeció y hoy el aparato que mueve las corrientes sanguíneas le jugó una mala pasada.
Era un excelente anfitrión. Nunca escatimaba dinero para las invitaciones a los periodistas. En una oportunidad invitó a un grupo de redactores a una comida en su casa y a medida que íbamos entrando nos preguntaba por las direcciones de nuestras casas, porque sabía que al final, nos mandaba en taxi para evitar problemas.
De luto la música tropical
Sufrió bastante cuando tuvo que enfrentar judicialmente a ex empleados suyos que montaron orquestas con remoquetes como “Los extupamaros”, “Los Tupamaros del ayer”, entre otros.
Le parecía ilógico que a quienes había convertido en artistas lo demandaran y trataran de robarle el nombre de su agrupación por la que tanto se desvivía. En su propia casa, cerca a la 100 con autopista de Bogotá, tenía el estudio de grabación, sus oficinas y su bodega.
Amigo de los perros
Le fascinaba tener mastines y en las tardes se le veía pasearlos por los alrededores de su casa. Mantenía publicaciones sobre el cuidado de los canes y uno de sus temas preferidos era hablar sobre los animales.
Hoy está en el cielo un gran señor: Fernando Jaramillo. Dios lo tenga en su santa gloria.
La legendaria orquesta es famosa por éxitos conocidos como La Chica Gomela”, “Cachete, pechito y ombligo”, “La Brujita”, “La Pulguita”, “Los amores de Petrona”, “Llora corazoncito”, entre otros.