La actriz española Amparo Rivelles, galardonada con un Goya por su trabajo en "Hay que deshacer la casa" y exiliada durante más de dos décadas en México donde protagonizó numerosos seriales de televisión, murió este jueves a los 88 años, informó la prensa.
"Amparo Rivelles, una de las más grandes actrices españolas, ha fallecido esta noche a los 88 años en Madrid en la clínica Jiménez Díaz", informó el diario español El País.
"Fuentes familiares han confirmado la noticia esta noche", aseguraba por su parte el rotativo ABC.
Rivelles nació en Madrid en 1925 en el seno de una familia de actores de renombre en España: fue nieta de José Rivelles y Amparo Guillén, hija de Rafael Rivelles y María Fernanda Ladrón de Guevara, hermana de Carlos Larrañaga y tía de Kako Larrañaga, Amparo Larrañaga, Pedro Larrañaga y Luis Merlo.
Comenzó su carrera en el teatro a los 13 años y a los 15 ya trabajaba en "Mari Juana", de Armando Vidal. Fue la primera de una cuarentena de películas bajo las órdenes de directores como el estadounidense Orson Welles en "Mister Arkadin" (1955), el argentino Tulio Demicheli en "La herida luminosa" (1956), o los españoles Rafael Gil, López Rubio o Juan de Orduña, entre otros.
En 1957, en plena dictadura de Francisco Franco, se exilió por motivos personales a México donde vivió hasta 1979.
Allí trabajó en numerosas teleseries --"Pecado mortal" (1960), "Pensión de mujeres" (1960) y "Pasiones encendidas" (1978)-- y en películas como "El esqueleto de la señora Morales" (1959), "Los novios de mis hijas" (1964), "El día de las madres" (1968) y "El juicio de los hijos" (1970).
El reconocimiento le llegó a su regreso a España cuando en 1986 obtuvo el Goya --considerado el Oscar del cine español-- a la mejor actriz por su interpretación de Laura, una mujer que se reencuentra con su hermana, emigrada a París hace muchos años, para repartir la herencia de sus padres, en la película "Hay que deshacer la casa". La cinta se basa en la obra de teatro del mismo nombre de Sebastián Junyent y estuvo dirigida por José Luis García Sánchez.
"Estaba dotada de un talento descomunal", afirmó García Sánchez a El País tras conocer la noticia de su fallecimiento. "Era una maestra, generosa, con un conocimiento descomunal de, por ejemplo, saber contar historias con su cuerpo", agregó.
Rivelles fue también reconocida por su extenso trabajo sobre los escenarios por el que fue galardonada en 2001 con el Premio Nacional de Teatro 'Pepe Isbert'.