En el marco del 1er Foro de Mujeres en el mundo empresarial, impactando los negocios, organizado por la fundación CoreWoman y la consultora Lim Latam, Claudia Varela, experta en liderazgo estratégico y balance de género, con más de diez años de experiencia en posiciones de liderazgo y manejo de equipos de alto desempeño, resaltó la visión panorámica en temas de inclusión laboral de las mujeres, las brechas que aún existen y las tendencias del mundo corporativo para enfrentar estos retos.
En su experiencia como directiva de varias organizaciones en diferentes países de América Latina, ¿cómo ve el rol de la mujer en el mundo empresarial y su impacto?
Realmente siento que en los últimos años ha habido un gran avance. Colombia es un país que está a la vanguardia en América Latina. Sin embargo, aún nos falta mucho camino por recorrer. De acuerdo con la ONU, en todo el mundo las mujeres ganan menos que los hombres. En la mayoría de los países, las mujeres en promedio ganan sólo entre el 60 y el 75 por ciento del salario de los hombres. Esto quiere decir que todavía hay que trabajar mucho para lograr la paridad salarial. También hay una desigualdad en la participación de las mujeres en el mercado laboral en el mundo, en una proporción de 72 por ciento hombres y 27 por ciento mujeres.
En Colombia, por fortuna hay cifras más alentadoras. Según el Ranking de Equidad de Género del año pasado por ejemplo, la mezcla empezaba como en la base de la pirámide con una composición de 56 por ciento mujeres y 44 por ciento de hombres, lo cual aparentemente es positivo frente al mercado laboral mundial. Pero en la parte superior de la pirámide la proporción de mujeres es de sólo el 34 por ciento de mujeres frente a un 66 por ciento de hombres. Esto nos lleva a pensar que hay un abismo en la mitad de la escala, que tiene que ver con variables como una cultura arraigada o los famosos techos de cristal que resulta necesario disminuir.
Considero que sí estamos mejorando, ha crecido el empoderamiento de las mujeres. Más que promover el feminismo, mi visión es compartir el mundo sin distingo de género y buscar que un buen desempeño sea el factor definitivo para la decisión de asignar a alguien en un cargo.
¿Cuáles son las perspectivas en materia de inclusión y balance?
Pienso que el mundo va a seguir cambiando, no solamente en temas de género, sino en temas de diversidad y de inclusión, y sobre todo de respeto a la diferencia. Los millennials y post-millenials vienen con un chip muy diferente en su cabeza, donde realmente sienten que el
mérito y el trabajo es lo que puede hacerlos tener acceso a las oportunidades. El empoderamiento de las mujeres en términos sociales puede impulsar el crecimiento y reducir la desigualdad. Según el Fondo Monetario Internacional, por ejemplo, si los países de América Latina aumentan su participación laboral femenina como los países nórdicos, que es el 60 por ciento, el PIB pér cápita podría ser hasta un 10 por ciento más alto. Entonces, políticas de diversidad e inclusión permiten valorar los aportes de todos los miembros de una
organización. Un dato que es necesario rescatar es la importancia para las dinámicas del mercado que resultan del hecho de que el 70 por ciento de la decisión de consumo esté en cabeza de las mujeres. Por lo tanto, las juntas directivas y las empresas deberían incluir más mujeres y tener una mezcla balanceada entre géneros que permitan enriquecer las decisiones para el negocio. Adicionalmente hay que medirnos, evaluar cómo las buenas prácticas tienen un impacto positivo.
¿Qué se puede resaltar en tendencias en materia de recursos humanos?
Yo siento que definitivamente lo que las empresas buscan, sobre todo las empresas que tienen mayor innovación es la Diversidad. Más allá del tema de género hay que mirar diversidad de pensamiento, diversidad en términos de lugar de origen, educación y perfiles personales y profesionales. Combinar las características típicamente femeninas como el sentido protector y las habilidades de negociación que suelen ser más masculinas permite establecer equipos de trabajo en los cuales se fomente la cohesión y el trabajo mancomunado bajo los pilares del respeto y la tolerancia por el recurso humano. Tomar decisiones desde la meritocracia es una forma de promover equipos de alto desempeño. Equilibrio de fuerzas, jugar roles masculinos y femeninos en simultánea permiten que la mujer proveedora tenga un compañero que le aporte con la crianza y cuidado de los hijos y viceversa. Vencer estereotipos a través de abrazar la diversidad es una tendencia que tendrá impactos muy significativos en la productividad de las organizaciones.
¿Qué opina del rol de los hombres y del empoderamiento masculino?
Considero en la opción de empoderar a las mujeres a través del empoderamiento masculino y de el “he for she” me parece que es súper importante. No creo en un mundo solo liderado por mujeres, creo en un mundo compartido, bajo el entendimiento de ambos géneros. Entonces, creo que este tipo de encuentros resultan muy positivos para compartir buenas prácticas, entender dónde nos encontramos como sociedad y las formas de avanzar, no solo con asunto de género, sino de diversidad. Veo con preocupación, en el marco de actividades realizadas en colegios, que aún hay espacio para el machismo dentro de la población adolescente. Compartir es una respuesta inteligente para crecer en todos los ámbitos de la sociedad y por supuesto en el empresarial. Somos responsables de contribuir con este reto, cada uno desde su rol.