El científico Colombiano, Carlos Bernardo Padilla, a sus 53 años, recuerda que cuando era joven y vivía en San Diego, California, solía hacer largas caminatas en las que recolectaba fósiles. Su interés por la ciencia lo llevó a estudiar biología molecular y química analítica en la Universidad de California.
Siempre que venía a Colombia, iba de vacaciones a Villa de Leiva. Allí se sorprendió por la abundancia de fósiles de invertebrados, como amonites y bivalvos, que vendían los niños a los turistas. En lugar de comprarles su mercancía, les daba algo para las onces y les pedía que lo llevaran a los lugares donde habían encontrado los fósiles, para ir a fundación de la que Padilla es gerente ha recibido apoyo técnico, asesoría y entrenamiento de varias organizaciones, como el Smithsonian Institute, la Universidad de Cambridge ‒que los ha acompañado en excavaciones‒, el Museo Americano de Historia Natural de Washington, la Universidad de Texas y el Field Museum, de Chicago. Con la ayuda de estas instituciones se están llenando vacíos, armando un rompecabezas al que le faltan miles de fichas.
La rica cultura antropológica de Colombia ha ensombrecido el estudio de la prehistoria del país. Nuestra memoria llega hasta hace diez mil años. Más atrás, sólo hay vacío. Se nos olvida que el suelo que pisamos fue habitado por reptiles que subsistieron durante 200 millones de años. El hombre sólo lleva 200 mil. Estos seres, cuenta Carlos Bernardo Padilla, “sobrevivieron mucho tiempo porque eran aplastantes. No pensaban: simplemente atacaban. Devoraban”.
Será velado en la Funeraria Gaviria al norte de Bogotá. Así mismo sus honras fúnebres serán en la Capilla de los Santos Apóstoles del Gimnasio Moderno el jueves 14 de noviembre a las 12:00 pm