Alicia Oliveira, una exjueza argentina cesada durante la última dictadura (1976-83) y amiga personal del papa Francisco, falleció en Buenos Aires a los 74 años, víctima de una enfermedad, informaron sus familiares.
Abogada defensora de los derechos humanos, especialista en derecho Penal y Criminología, Oliveira fue designada en 1973 jueza nacional en lo correccional y criminal de menores hasta que en 1976 fue perseguida y exonerada por la dictadura militar.
En esos tiempos recibió la protección de Jorge Bergoglio, entonces líder en Argentina de la orden de los jesuitas y nombrado Papa en 2013.
Ella fue la que más defendió al Papa frente a críticas de organismos humanitarios que lo cuestionaban por "no haber hecho lo suficiente" para evitar el secuestro de dos sacerdotes jesuitas, Franz Jalics y Orlando Yorio, en 1976.
"Yo me juntaba con Jorge (Bergolgio) dos veces por semana, en ese momento los militares me habían dejado cesante por ser jueza y él me contaba lo que hacía", había declarado Oliveira en una entrevista en 2013, en la que recordó cómo el ahora Sumo Pontífice había ayudado a gente perseguida por la dictadura a escapar del país.
El Papa se comunicó telefónicamente con los familiares, dijo una fuente de la Iglesia Argentina.
La mujer, que falleció en su casa junto a sus tres hijos, será velada en la Legislatura (parlamento capitalino), se informó.
Oliveira fue abogada del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), defensora del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires entre 1998 y 2003, y secretaria de Derechos Humanos de la Cancillería argentina durante el gobierno de Néstor Kirchner (2003/2007).
Además, acompañó la comitiva de la mandataria Cristina Kirchner que viajó a Roma para la asunción del Papa y fue el nexo entre Bergoglio y el actual embajador argentino en Italia, Eduardo Valdés.
En las últimas elecciones legislativas de 2013, esta militante política fue precandidata a senadora por una lista del peronismo disidente, pero no superó las primarias obligatorias.
La secretaría argentina de Derechos Humanos, la Defensoría del Pueblo de Buenos Aires y la Cámara de Diputados, entre otros, expresaron su pesar por la muerte de la dirigente humanitaria/AFP.