Monguí, suelo que reúne invaluables joyas patrimoniales | El Nuevo Siglo
Domingo, 8 de Mayo de 2016
Por Catherine Nieto Morantes
Periodista EL NUEVO SIGLO
(Enviada especial)
 
María Isabel sacó del armario su mejor vestuario para asistir a una cita que le llenaría de alegría el corazón. Desde muy temprano, la mujer de 81 años y habitante de Monguí, Boyacá se aprestó para bajar a pie desde la vereda San Isidro, sin importarle los tropiezos que en la destapada vía pudiese encontrar a causa de la fuerte lluvia. 
 
La ruana y el sombrero, atuendos muy representativos de la región, fueron sus mejores aliados, en el camino que la condujo hasta el parque principal del municipio, pues tenía claro que ni los 8°C de temperatura, ni el torrencial aguacero que caía en aquella mañana de sábado, le impedirían llegar a la Basílica y Claustro de Nuestra Señora de Monguí. 
 
Su propósito, como el de los demás habitantes de la zona era recibir por parte del Ministerio de Cultura las obras de restauración integral de aquel sagrado lugar, inmueble emblemático para todos los boyacenses, en el que se invirtieron más de $6 mil millones.
 
“Bendito sea a Dios que nuestro señor nos ha socorrido el ayudar porque toda la vereda y el pueblo hemos ayudado  y nos han ayudado también de partes lejanas como el Gobernador, el Gobierno y el Ministerio. Que Dios y la santísima virgen los favorezca”, dice la amable mujer en señal de agradecimiento por esta labor de rescatar la iglesia a la que acude con mucha frecuencia. 
 
El proceso de restauración 
 
Desde el 2007, el Ministerio de Cultura realizó diferentes gestiones para lograr la restauración integral de la Basílica y el Claustro de Nuestra Señora de Monguí, es así que con una inversión total de $737.937.378 permitió la contratación de los estudios técnicos y proyecto de restauración y en el 2010 inició la ejecución de la primera etapa de las obras consistente en la consolidación estructural del muro del costado sur de la Basílica.
 
Desde siempre la comunidad de Monguí estuvo presente. Se llevaron a cabo varias jornadas de socialización que dieron como resultado la creación de un grupo de veedores municipales quienes estuvieron al tanto de las acciones que se iban adelantando.  
 
Para el desarrollo de estas obras se utilizaron técnicas constructivas y materiales tradicionales, es por eso que se prefirió contratar la mano de obra local en donde participó un gran porcentaje de mujeres de la región. 
 
En los pañetes de muros y cielorrasos, se utilizó argamasa de arena y cal, evitando el uso de concretos; para el reforzamiento estructural se decidió implementar un sistema de platinas metálicas a nivel de entrepiso. 
 
Cabe destacar que una de las principales actividades que se ejecutaron fue la restauración integral de la cúpula de la Basílica, cuya cubierta se logró rescatar en un gran porcentaje y la madera estructural se conservó en su totalidad.  Internamente, se desarrolló un trabajo muy minucioso en cuanto a la pintura mural.
 
Le siguieron la restauración integral de la cubierta del conjunto religioso, el reforzamiento estructural, la adecuación funcional de los espacios, la instalación de redes eléctricas, iluminación y seguridad, e instalación de redes hidráulicas y sanitarias. 
 
La importancia de este emblemático lugar, existente desde el período colonial es aún mayor debido a que el Ministerio de Educación Nacional por Decreto 291 de diciembre de 1975 lo declaró Monumento Nacional. “Para nosotros es un proyecto muy importante, es de verdad el empoderamiento de la gente joven, que aprendan a tener una valoración cierta del patrimonio no solamente sobre los bienes inmuebles como este que estamos entregando que es muy importante, sino también sobre todo nuestro patrimonio inmaterial en el que Colombia desde el punto de vista legislativo es un ejemplo para América Latina y para el resto del mundo. Tenemos que aprender a valorar y apreciar que es verdaderamente lo que constituye y lo que construye identidad y nacionalidad”, indicó la ministra de cultura Mariana Garcés. 
 
La iniciativa de dicha restauración se dio por cuenta del senador Jorge Pedraza, boyacense y  presidente de la comisión 6ª del Senado que atiente los temas culturales. “A través del diálogo las cosas son posibles. Las obras se deterioran porque no les prestan atención, gracias Senador por acompañarnos”, enfatizó Garcés, quien también indicó que la siguiente obra a recuperar será el monumento del Pantano de Vargas y la protección del Puente de Boyacá. 
 
Por su parte, el gobernador de Boyacá, Carlos Andrés Amaya Rodríguez, expresó su agradecimiento al Ministerio de Cultura por el trabajo liderado en este proyecto. “Hoy nos encontramos de fiesta porque estamos en esta joya arquitectónica de Latinoamérica. Tenemos la fortuna de haber nacido en un departamento rico en historia. Hay que ir a Fontur a pedirle patrocinio también para poder ubicar este como destino nacional y frente al Bicentenario nosotros no solo queremos izadas de bandera y aplausos, sino reconocimientos con obras y recursos que permitan que este departamento también se desarrolle”. 
 
La fachada de la Basílica complementa la esencia de Monguí, con las entradas de las casas aledañas, donde funcionan cerca de 23 fábricas de balones, pues este municipio también es conocido por dicha industria. De sus ventanales llueven cortinas de esféricos en referencia a su actividad. 
 
Adriana Neita no sólo trabaja en una de estas fábricas, también es hija del dueño y agradece a las grandes entidades que apoyan la industria nacional, “en este momento elaboramos balones aparte de los clientes que nos visitan, para el Deportes Tolima, la Policía Nacional, estamos entregando un pedido de más de 11 mil balones para Heineken por la temporada de la Champions y otro lote para una marca de agua que hace labor social y regala balones en los colegios”, destaca. 
 
La industria de la fabricación del balón, de la cual también hizo parte doña María Isabel por 26 años y la tradición religiosa que une a los habitantes de la región, hacen de Monguí, no sólo un verdadero patrimonio nacional, sino también un sitio obligado por visitar.