La moda masculina comenzó a desfilar este miércoles en las pasarelas de París con colecciones que ya van marcando tendencias para la primavera y el verano de 2015.
Tras los modelos presentados en Londres y los desfiles de Milán que concluyeron el martes con la creatividad pop de DSquared2, el barroco Roberto Cavalli o la elegancia intemporal de Giorgio Armani, París presenta unos cincuenta desfiles hasta el domingo.
El veterano Lucien Pellat-Pinet, que festeja 20 años de coloridas colecciones que le valieron el apodo del "rey de la cachemira", abrió el juego con una presentación en showroom muy callejera, con estampados de calaveras y hojas de cannabis, "símbolo de la libertad".
"Desde hace 20 años, lo que me interesa es vestir la calle, con ropa que todo el mundo puede llevar, utilizando la mejor calidad de fibras para la cachemira y los mejores algodones, para que la ropa gastada pueda usarse durante años", explicó el diseñador a la AFP.
- Valentino, Carven, Van Beirendonck y Raf Simons -
Luego desfilaron las colecciones de Valentino, Carven, Walter Van Beirendonck, Julien David y Raf Simons, todas marcas consagradas que, cada cual a su manera, demostraron que la moda masculina es todo menos aburrida. Hubo propuestas que fueron desde lo sobrio a excentricidades radicales, no siempre fáciles de llevar.
Al hombre de Valentino siempre le gusta ser fuera de lo común, con una línea de guardarropa iconoclasta, según proclama el propio dúo de estilistas Maria Grazia Chiuri y Pierpaolo Piccoli.
La silueta es ágil, falsamente descontracturada, a la vez controlada y elegante, con estampados que crean un falso desorden. Regresa el camuflaje militar, aunque en materias lujosas como la cachemira y la seda.
La verdadera fantasía vino de la mano del belga Walter Van Beirendonck, uno de los legendarios Seis de Amberes que se hicieran famosos en los años 80 --entre ellos también estaban Ann Demeulemeester y Dries Van Noten--, con una colección llena de colores y referencias al arte pop.
Los sacos se deconstruyen para evocar en algunos casos el kimono y en otros las chaquetas bordadas y coloridas del siglo XVIII occidental, antes de que caiga sobre el guardarropa masculino la oscura tristeza vestimentaria decimonónica. Hay botones que reemplazan las costuras laterales.
En un registro más provocador había fauces de tiburón y armas de fuego estampadas en algunas prendas. Algunos modelos llevaban viseras verticales prolongadas en el rostro hacia adelante. ¿Quién se pondrá esta ropa y accesorios, y en qué ocasión? El belga es para aquellos que se atreven y no temen llamar la atención.
En las antípodas, con dominantes azul marino, negro y gris, uno casi se pregunta si la colección de Carven es realmente de primavera-verano. "Quise repensar la noción de verano", explicó entre bambalinas el diseñador Guillaume Henry. "¿Qué es el verano? ¿Una camisa hawaiana?" En esta colección, efectivamente, no hay ni flores, ni colorinche, fuera de un naranja fluo en dos de los modelos. El resultado es elegante y sobrio.
Julien David, un francés que instaló su marca en Tokio en 2007, presentó por su parte una colección muy callejera que confirma algunas tendencias de la temporada: el azul está por todas partes, incluyendo el eléctrico, pero también los motivos a cuadros donde abundan los verdes, las gorras tipo béisbol a tono con la camisa o las bermudas, muy flojas. Pelo muy largo, por debajo de los hombros, en todos los modelos.
David colaboró para esta colección con la marca Quicksilver especializada en el surfware y osó un traje de neoprene estampado como un esmóquin, como para deslumbrar en una fiesta en California, Australia, Brasil o cualquier otro lugar donde se corran olas y haya chicos con onda.
El belga Raf Simons cerró la jornada con una colección que fue un poco el resumen del día: hubo elegancia sobria y monocromática pero también estampados coloridos y "arty". A notar en la primera categoría varias variantes de sobretodo blanco, una prenda también vista la semana pasada en Milán en las pasarelas de Gucci.
Además de los desfiles organizados en distintos lugares de la capital francesa, esta semana hay decenas de presentaciones en showrooms, incluyendo el viernes el esperado debut del nuevo diseñador de la marca española Loewe, el joven prodigio irlandés Jonathan Anderson.
Los días siguientes desfilarán las otras marcas más prestigiosas como Louis Vuitton, Dior Homme, Hermes o Paul Smith, concluyendo el domingo con Saint Laurent.
- La moda traslada polémica a los tribunales -
Tras la moda masculina, y contrariamente a la tradición, las pasarelas se tomarán una semana de pausa antes de dar paso a la alta costura femenina que se presentará del 6 al 11 de julio.
Entre los diseñadores de alta costura destacan este año varios de América latina, que mostrarán sus creaciones en desfiles o presentaciones fuera del programa oficial, incluyendo el brasileño Gustavo Lins, el mexicano Antonio Ortega, el peruano Alexandre Delima y el venezolano Oscar Carvallo.
El mundo de la moda se trasladará además la semana próxima a los tribunales con un toque de polémica: Balenciaga presentó una demanda contra el diseñador artífice del renacimiento de la marca, Nicolas Ghesquiere, que ahora trabaja para Louis Vuitton.
Ghesquiere es acusado por la casa fundada por el legendario diseñador vasco Cristobal Balenciaga de haberla denigrado en declaraciones públicas tras la ruptura en noviembre de 2012 del contrato que los unía.