Pasarelas que reflejaron sed de innovación, apertura y sobre todo confianza para lo que viene fueron los cuatro días del segundo “round” de la semana de la moda masculina en Nueva York.
El naciente escaparate de la moda masculina congregó esta semana a expertos en tendencias, blogueros, compradores y otros gurús del estilo en una atmósfera bastante relajada en comparación con sus similares femeninas.
El evento estuvo marcado por las "buenas vibraciones", admitió el bloguero especializado en moda Stevie Gatez, al cierre de una programación que incluyó unos 60 eventos de la agenda que se desarrollaron en el Soho, en el oeste de Manhattan.
"Tiene mucho que ver con la ropa de hombre, que es más fresca", agregó este joven bloguero, que llevaba una chaqueta con capucha con una textura que imita la piel de leopardo, acompañada de bluyines enrollados al tobillo y zapatillas deportivas.
El ambiente durante la semana de la moda masculina de Nueva York fue muy relajado si se compara con sus contrapartes femeninas, mucho más grandes y de mayor nivel, cuyas sesiones de las tendencias de invierno empezarán la próxima semana.
La semana de la moda masculina hizo su debut en julio con la presentación de las colecciones de primavera-verano 2016, pero en esta ocasión tuvo una mayor presencia de marcas, aunque Nueva York está todavía por detrás de Londres, Milán y París cuando se trata de poner en el mapa a la moda para hombres.
Informalidad y comodidad
También en las pasarelas, el tono fue casual, de moda fácil y cómoda como quedó demostrado en las colecciones presentadas por Public School, Stampd, Cwst, Todd Snyder, Michael Kors e incluso Tommy Hilfiger, con sus cortes bastante holgados en abrigos, pantalones y bufandas.
También se vieron mangas acolchadas, chaquetas de gran tamaño y vestidos tipo pijama, junto con las tendencias para el próximo invierno según las cuales veremos a los hombres luciendo chaquetas de cremallera y capucha realizadas con telas blandas -cachemira o seda-, lanas finas o gruesas e incluso nylon.
La clave estaba en encontrar el equilibrio adecuado entre estructura, comodidad y originalidad.
"¿Nuestro ADN?: minimalismo, tecnología dentro de la tela, siluetas limpias", explicó el diseñador Ben Stubbington. "Todo está en el tejido, la tecnología y el lujo".
"Yo quería presentar algo que nadie más está haciendo", dijo Mike Rubin de Krammer y Stoudt, una pequeña marca prácticamente desconocida antes de su presentación esta semana en Nueva York.
"Estoy tratando de conseguir un balance entre lo progresista y lo clásico", al mismo tiempo, añadió.
Es una respuesta bastante similar a la que dió Tommy Hilfiger: "estamos utilizando piezas tradicionales con toques de estilo, actualizadas para nuestra época. Estos son los ladrillos con que construimos el diseño moderno".
"Nos fijamos en cada prenda desde todos los ángulos, dando una sensación de novedad, sin perder nunca de vista lo que las hizo especiales", agregó.
David Hart también evocó modelos clásicos que recordaban la época de oro del jazz, con blazers de botones cruzados, pantalones con diseños escoceses y medias de colores, para añadir un toque moderno.
Los lugares no tradicionales fueron una constante en los desfiles de esta semana de la moda masculina, como ocurrió con el de John Varvatos que presentó su colección en el interior de un antiguo club de punk.
Por su parte, la marca de moda urbana Public School regresó a sus raíces al colocar a sus modelos en la calle delante de sus fans y blogueros, que fue ampliamente difundida en las redes sociales.
El diseñador Greg Lauren, sobrino de Ralph Lauren, llevó a los asistentes a plena jungla urbana enfrentando a dos modelos en un ring de boxeo como si se tratase de divos del siglo XIX.
Gatez señaló otro aspecto particular al resaltar lo que fueron "toneladas de diversidad" en la pasarela. "He visto más modelos negros en esta ocasión que antes", dijo./AFP