ALREDEDOR DE la ortodoncia siempre se han generado numerosos mitos, desde los hábitos que dañan los dientes hasta las supuestas consecuencias de estos tratamientos. El doctores Carlos Argote confirma que chuparse el dedo, utilizar chupo por mucho tiempo, morder objetos como esferos o lápices pueden abrir la mordida, una mal oclusión en la que los dientes frontales no se tocan.
En cambio, desmiente que un tratamiento de ortodoncia pueda dañar las raíces, manchar los dientes o que genera problemas digestivos, pues estos dependen de muchos más factores. Según Argote, el único mito cierto de la ortodoncia es que no es rápida, ya que “es algo fisiológico, no se puede apresurar demasiado”.
Otras concepciones erradas son que la ortodoncia arregla todo tipo de problemas, como el bruxismo o defectos de vocalización. Lo que la ortodoncia puede hacer es trabajar de la mano con otras prácticas que corrigen problemas esqueléticos o fonoaudiológicos para que se facilite el tratamiento. En el caso del bruxismo, la ortodoncia facilita la protección de los dientes.
En cuanto al cuidado que deben tener los tratamientos de ortodoncia, no es cierto que sea necesario cambiar por completo hábitos alimenticios, ya que los brackets se pueden caer por factores diversos. Es cuestión de tener buenos hábitos de higiene oral y de ser un poco más cuidadoso, con alimentos duros o que puedan pegarse a los accesorios de ortodoncia, y por ejemplo cortarlos en pedazos más pequeños.
Según el Argote, hay muchas opciones de ortodoncia que varían en precio y en características como la visibilidad de los brackets, que hacen que sea una opción asequible y efectiva. Los brackets linguales, por ejemplo, son un poco más costosos pero menos visibles, pues van detrás de los dientes. Lo importante es que “cada caso es individual y especial, y por lo tanto requiere de distintos cuidados y tratamientos”.
Aunque la visita al ortodoncista suele ordenarse por el odontólogo, hay numerosos signos que indican que se requiere de una vista al especialista. Argote recomienda observar detalles tan sencillos como que los dientes de arriba sobrepasen los de abajo, que se vean salidos, o si tienen apariencia de que fueron raspados, ya que son indicios de problemas que un ortodoncista puede corregir.