México repartió 191 millones de libros escolares en pandemia | El Nuevo Siglo
HASTA en burros y otros animales de carga se llegó a comunidades apartadas de México los libros escolares para iniciar su año lectivo
Foto tomada de sentidocomun.com
Domingo, 11 de Octubre de 2020
Mario Fernando Hurtado

El aislamiento obligatorio tomó por sorpresa al sector educativo en todo el mundo. A pesar de años en los que se ha hablado de las tecnologías en la educación, nadie se esperaba que de un momento a otro se pasara de la presencialidad a la educación a distancia.

En el caso de México el anuncio lo hizo el presidente de la república Manuel Andrés López Obrador, la primera semana de agosto, al informar que el inicio del nuevo año escolar sería por televisión. En México, el calendario escolar está adaptado al hemisferio norte, lo que se conoce en Colombia como calendario B.

A diferencia de Colombia donde no existe una cultura por la dotación de materiales educativos, el gobierno mexicano desplegó una estrategia para entregar 161 millones de textos escolares que el gobierno había comprado para la dotación de las escuelas. El reto, que llegaran en menos de un mes a los 36 millones de estudiantes que requerían los materiales en un país enorme y diverso. México es un 50% más grande que Colombia y tiene selvas, desiertos, varias cordilleras, llanuras y regiones donde las distancias entre centros poblados son enormes. Además, con 106 millones de habitantes duplica la población de Colombia.



Se enfrentaron a dos dificultades, la imposibilidad de generar aglomeraciones para la entrega de los materiales, y el cierre de las escuelas que impedía llevarlos como se suele hacer, a cada centro educativo para su distribución. Ante la dificultad, no se vio otra opción que pedirle ayuda al ejército nacional. Pues no existe otra institución estatal que pueda llegar a cada rincón del país y comenzar por la salida de los libros de los centros de producción de los mismos, que se concentran en Querétaro, Ciudad de México y Guadalajara.

Para poderlos entregar en las selvas de Yucatán, de Oaxaca o de Chiapas en el sur, fue necesario el uso de lanchas rápidas de la Marina del país. Además, en aras de la inclusión se realizaron compras de 117 mil libros en braille para la población invidente, 267 mil libros escritos en lenguas indígenas y un mayor número de libros por la diversidad de áreas en secundaria.

Para la dotación de libros el gobierno mexicano invierte al año 139 millones de dólares, una política que cumplió 61 años de forma ininterrumpida, cuando el presidente Alfonso López Mateos, creo la institución que se encargaría de la dotación estatal como una estrategia para cerrar las brechas educativas, en un país rezagado en educación y con un elevado nivel de analfabetismo en espacial en comunidades indígenas.



Por medio de burros y otros animales de carga se llegó a comunidades apartadas. Pero se ha cumplido la misión. México puede mostrar hoy un compromiso con los estudiantes, por el acceso a los materiales educativos como herramienta de apoyo para la educación remota.

El caso colombiano

Es lamentable que Colombia no tenga una política similar. La administración actual del Ministerio de Educación ha querido obligar al único uso del portal Colombia Aprende, que además de ser virtual y dejar de entrada a miles de niños colombianos sin acceso por la falta internet, de computadores o con algún tipo de discapacidad, tiene el problema de ser contenidos dispersos, complejos del utilizar, sin ningún tipo de curaduría o cuidado. Esa situación, lleva al aumento de las brechas con las instituciones privadas que solicitan libros de texto.

En un país donde el ejército y la policía pasan por un profundo descrédito, una labor social de esa índole acompañada por el Ministerio de Educación, sería fundamental para cerrar las brechas educativas y los bajos niveles de aprendizaje que se están evidenciando en tiempos de pandemia.  Sobre todo, cuando la incertidumbre de volver a la presencialidad, es cada vez es mayor.