Martillo para 56 obras de arte en Bogotá Auctions | El Nuevo Siglo
Foto cortesía
Martes, 26 de Marzo de 2019

ANTIQUÍSIMOS como un retrato de Ramón Torres Méndez (Siglo XIX) o contemporáneos como la serigrafía de la serie “Las Verónicas” de Beatriz González (2004) y un óleo de Francisco Fernández (2005) hacen parte de las 56 pie4zas de arte que se subastarán, este jueves, en Bogotá Auctions.

“Realmente excepcional, por la escasez de este tipo de trabajos, es el retrato de Adolphine Koppel realizado por Ramón Torres Méndez en 1862” manifiesta el curador Alessandro Armato.  "El retrato al óleo de Torres Méndez nos llegó desde el exterior y es extraordinario poder contar con una pieza de uno de los más importantes maestros del siglo 19 ", añade Charlotte Pieri, directora de Bogotá Auctions.

La exclusiva y minuciosa selección incluye también esculturas, grabados y fotografías de reconocidos artistas nacionales e internacionales como Edgar Negret, Alejandro Obregón, Rufino Tamayo, Joan Miró, Doris Salcedo y Carlos Matiz, para citar solo algunos.

Las obras están agrupadas por ´familias´, de acuerdo con variables como el estilo, el género, la corriente artística o la época.  "A la hora de incluir una obra en nuestros catálogos, nos fijamos en su calidad, en su historial de procedencia, en su autenticidad, en su estado de conservación, en su importancia por la historia del arte y en su valor comercial”, dice Armato.

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El conjunto más extenso es el de pintura y hay un grupo de paisajes de distintos autores, estilos y épocas, entre los cuales sobresale una trascendental Marina de Antonio Barrera, fechada 1975.

“A los años setenta pertenecen también dos de las telas más significativas del catálogo: la fina y luminosa Persiana n.4 de Santiago Cárdenas (1976) y una densa y sombría pintura negra de Gustavo Zalamea. Luis Caballero, Carlos Granada y David Manzur son representados por unos excelentes trabajos centrados en la figura humana. Mientras, entre las piezas más recientes, se destacan el enigmático Asesino coleccionista de corazones femeninos (1989) de Wilson Díaz Polanco, Tierra firma (1993) de Ana Patricia Palacios y el elegante Sumergible (2002) de Luis Fernando Roldán”.

´A golpe de martillo´, serán adjudicadas 56 obras a todos los interesados en hacer una gran inversión, en hacer crecer o en dar inicio a su colección.

De acuerdo con Armato, “la sección de grabados incluye trabajos de grandes maestros del arte latinoamericano (Rufino Tamayo, Jesús Soto, Carlos Cruz Diez) e internacional (Joan Miró, Henry Moore, Oskar Kokoschka) al lado de piezas significativas de la historia del grabado nacional: desde el célebre Les palombes de Alejandro Obregón (1956), quizás su mejor obra gráfica, hasta el icónico Colombia Coca-Cola de Antonio Caro (1976), dos trabajos de época distinta de Beatriz González, el múltiple Viva México (1982) y  Verónica 5 (2004), y el Istanbul Project II de Doris Salcedo (2003).  En la sección de escultura sobresalen dos trabajos de Édgar Negret: el yeso Homenaje a la maternidad (1945), importante documento del periodo formativo del artista, y Acoplamiento, pieza única de 1974, emblemática de su lenguaje maduro. Se destacan también un relieve en blanco de Eduardo Ramírez Villamizar (1991) y un múltiple de Carlos Cruz Diez. 

 En el conjunto de fotografía, al lado de trabajos de Carlos Caicedo y Leo Matiz, sobresale un lote de dos impresiones en gelatina de plata de Miguel Ángel Rojas pertenecientes a la renombrada serie Teatro Faenza (1978).

Diferente de todo lo demás, pero sin duda especial, es en fin el Cuaderno de dibujo de Antonio Caro. Sus páginas contienen una serie de anotaciones, dibujos y bocetos que permiten acceder, de forma privilegiada, al mundo y a los procesos creativos del artista.”

El mercado del arte y de los objetos de colección es todavía emergente en Colombia pero se está profesionalizando e intensificando. 

“Estamos en un momento muy particular, histórico: es uno de los mejores momentos para el arte en nuestro país y para todos los coleccionistas.  Estamos al inicio de un proceso de valorización (tanto económica como artística) de las obras de arte y objetos de colección, objetos que en 5 o 10 años valdrán mucho más. De la misma manera, y al contrario de los países de economías avanzadas y con tradición de coleccionismo, todavía es posible adquirir piezas excepcionales de artistas consagrados. No todo está en los museos. Sigue habiendo muy buenas oportunidades de conseguir obras importantes desde un punto de vista histórico-artístico de destacados maestros”, puntualizó Charlotte Pieri.