LA COMPAÑÍA AdraDanza se prepara para hacer vibrar a los capitalinos por medio de la obra dancística de la maestra Martha Ruiz, la cual promete tres puestas en escena: El Alma del arroz, Una aproximación al puente colgante y Soñando infinitos, para que el público viva una experiencia única llena de reflexión a través del baile y la dimensión plástica.
AdraDanza, compañía de danza contemporánea, fue fundada en el año de 1989 por la bailarina y coreógrafa Martha Ruiz, y el escultor y escenógrafo Guillermo Forero. Durante estos 24 años, el trabajo creativo se ha alejado del movimiento pre-aprendido, para llegar al encuentro medular de una danza orgánica nacida de la memoria profunda y de la inmersión en la esencia del conflicto creativo; sin códigos preestablecidos y planteando, como premisa fundamental la exploración de un lenguaje propio del bailarín inventor.
En el primer escenario del recorrido, el público encontrará fragmentos de El alma del arroz, una obra creada como instalación y performance, que gira en torno al arte, la acción y la sensación. Esta puesta en escena se construye en un campo de cultivo, donde están organizadas las semillas del arroz en cúmulos circulares y en los bordes del espacio se encuentran las herramientas utilizadas para el trabajo cotidiano en el campo. Asimismo, a través de imágenes sugestivas se desarrolla una danza que va creando diseños con este grano, con el fin de evocar las líneas de la siembra, el cultivo y la cosecha, mientras se despiertan sensaciones, percepciones y sinergias emotivas entre los asistentes.
De igual forma, en el segundo espacio estará Una aproximación al puente colgante, la cual es una reflexión sobre la vida en Colombia, donde comparan la realidad del país con una cuerda floja y un juego de equilibrios precarios en los que hay que acomodar las cargas permanentemente, para no caer al fondo del abismo. La obra se sitúa en Octavia, una ciudad muy colombiana, la cual está suspendida en un precipicio y corre mucho peligro. Por lo tanto, sus habitantes tienen que aprender a vivir con esta realidad, por lo que se convierten en funámbulos cotidianos que permanecen en un constante juego de equilibrio para sobrevivir.
Y para finalizar la noche presentarán una propuesta, Soñando infinitos, la cual acoge el lenguaje de la danza desde diferentes perspectivas y mezcla la música con el canto, para darle paso a diferentes tonalidades, que van desde el murmullo hasta el bullicio. Asimismo estará Vuelo elástico, una presentación de raíces africanas, que mostrará movimientos contemporáneos acompañados de canto, acordes y silencios.