El Banco de la República continúa la celebración de los 60 años de carrera de una de las artistas y maestras más importantes de Colombia con Los archivos de Beatriz González, la exposición que complementa la muestra Retrospectiva realizada también por la institución como un homenaje y que comparte una de las facetas más íntimas y menos estudiadas de la bumanguesa: su rol de archivista.
La Muestra compuesta por recortes de prensa, catálogos, folletos y afiches hurga en la intimidad de la artista y permite entender cómo a la par de su desarrollo como artista, González ha construido un acervo bibliográfico y documental en torno al arte en el país y sus instituciones.
La exposición del archivo documental y personal de la maestra, cuenta con una curaduría de los artistas Natalia Gutiérrez Montes y José Ruiz Díaz, de la que se podrá apreciar con cita previa en El Parqueadero, el laboratorio de proyectos artísticos del Museo de Arte Miguel Urrutia.
La muestra es una recopilación de su archivo documental personal, que permite un acercamiento a un conjunto de variados impresos ilustrados y tipográficos nunca antes vistos y que son en sí mismos columna vertebral de la innovadora producción artística de la maestra.
Ubicados en múltiples vitrinas Los archivos de Beatriz González permiten ahondar en una de las actividades preferidas de la artista colombiana, quien durante más de 60 años se ha encargado de recortar, coleccionar y conservar noticias de prensa, folletos, invitaciones, catálogos, afiches y libros relacionados con el arte y la historia del país. Recorrer el archivo de Beatriz González, es la posibilidad de comprender y confirmar que su arte está íntimamente ligado a las imágenes que consumimos diariamente.
La bumanguesa, nacida en 1838, ha dedicado su vida a hacer que el arte cobre vida con rostros cotidianos, escenas tanto coloridas como dolorosas, piezas en las que señala los resabios de la clase política, lo variado de la cultura popular colombiana y, con una profunda empatía por las víctimas, las atrocidades del conflicto armado.
En la década de los 60, González se dedicó a trastocar imágenes del arte universal que habían sido teñidas con tintes locales, como las láminas populares, las postales, la prensa y las fotografías familiares. En 1965 pintó Los suicidas del Sisga utilizando como referente una foto publicada en un periódico. Esta pintura que actualmente se encuentra en diversos formatos, fue el comienzo de una ruta que la artista ha seguido desde entonces: toda obra parte de una imagen impresa.
A partir de los años ochenta, esta virtuosa utiliza como principal modelo de estudio e investigación la reportería gráfica, la cual deja registro de la difícil realidad nacional, producto del narcotráfico, el paramilitarismo, la indiferencia estatal, migración forzada y diferentes tragedias y problemáticas sociales que afectan el país.
El archivo de la maestra está dividido en tres líneas principales: fuentes gráficas para su obra, noticias y publicaciones sobre su trayectoria, e información relacionada con las instituciones y el desarrollo del arte en el país.