LA BALADA de un soldado (1959), del director Grigori Chukhrai, galardonada en 1961 a mejor película en los premios BAFTA, será una de las obras que se presentarán en el ciclo de cine ruso que organiza el Centro Cultural Gabriel García Márquez durante este mes.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el joven soldado Alyosha es condecorado por su heroísmo en el frente de batalla. En lugar de la condecoración, Alyosha pide unos días de permiso para poder visitar a su madre. De camino a casa, encontrará el amor en el tren en el que viaja. Su protagonista tendrá que balancear la fuerza de un amor tripartito: su madre, su patria, su enamorada.
Por otra parte, Normandía – Niémen (1960), dirigida por Jean Dréville, Damir Vyatich-Berezhnykh, se proyectará hoy. Veinte pilotos de la Fuerza Aérea Francesa, opositores del armisticio y a las órdenes de Vichy, viajan a la URSS para participar en los cursos intensivos de formación militar. Una vez capacitados, se convierten en el letal Grupo de Caza Normandie-Niemen, un grupo que obtendría determinantes victorias en la lucha soviética contra las tropas Nazis.
El otro martes 9 de junio, los asistentes podrán ver el documental El fascismo cotidiano (1966), del director Mijail Romm. El documental se exhibe como un documento histórico dividido en una serie de capítulos, en los cuales se analiza el surgimiento del fascismo en Alemania como consecuencia de la gran crisis del capitalismo a finales de los años veinte y el auge del nazismo apoyado por el capital financiero alemán.
Usando materiales fílmicos provenientes de los archivos nazis, Mijail Romm, discípulo de Eisenstein, analiza mediante un relato ameno e impactante, además de irónico, el carácter populista del fascismo y el efecto de la propaganda en la psicología de masas, que llegó al extremo de hacer de los seres humanos simples máquinas de matar.
El viernes 12 de junio, Los amaneceres aquí son tranquilos (1972), dirigida por Stanislav Rostotsky, una película que conmemora la lucha de las heroínas soviéticas por la defensa del socialismo contra las tropas nazi-fascistas alemanas, mostrando mujeres de carne y hueso, que a pesar de la dureza de la guerra demuestran una gran humanidad.
Continuando con la muestra de cine ruso, el martes 16 de junio es el turno para Lucharon por su patria (1975), del director Sergei Bondarchuk. La película transcurre en Rusia en julio de 1942, durante la Segunda Guerra Mundial, las tropas nazis se aproximan a Stalingrado y los rusos están exhaustos y sobrepasados en número. Sin embargo, después de una batalla sangrienta, los invasores nazis son detenidos en Stalingrado.
Masacre: Ven y mira (1985), dirigida por Elem Klimov, se proyectará el viernes 19 de junio. En 1943, durante la ocupación de Bielorrusia por la Alemania nazi, un niño aldeano de 13 años llamado Flyora Gaishun busca desesperadamente un fusil en los campos de batalla para aportarlo a los partisanos soviéticos y que estos lo acepten entre sus filas. Cuando lo logra, debe pasar un terrible calvario: la pérdida de sus familiares, sus compañeros, el exterminio racial por parte de los alemanes y sus represalias. Flyora es testigo del aniquilamiento y la masacre de todos los habitantes de la aldea Perejodi por parte de los Einsatzgruppen.
El viernes 26 de junio, tendrá lugar la proyección de la película rusa La estrella (2002), dirigida por Nikolai Lebedev. Tras prolongadas y despiadadas batallas, el Ejército Rojo ha hecho retroceder a los invasores alemanes hasta la frontera oeste de Rusia. Los alemanes se preparan para continuar este sangriento conflicto con un gran contraataque. El Cuartel General del Ejército Rojo envía a un grupo de jóvenes soldados, detrás de las líneas alemanas, para informar sobre los movimientos del enemigo. Su señal de llamada será Estrella.
Finalemente, el martes 30 de junio finaliza el ciclo de cine ruso, con la película El tigre blanco (2012), del director Karen Shakhnazarov. En el frente corren rumores sobre un misterioso tanque alemán que aparece y desaparece inesperadamente, y logra destruir cada vez decenas de tanques soviéticos. Al misterioso tanque lo llaman El Tigre Blanco. El mayor soviético Fedótov recibe el tanque modernizado T-34-85 y su misión es aniquilar El Tigre Blanco.