Lejos las flores de encendidos colores y las faldas que han marcado gran parte de los desfiles de la Semana de la Moda masculina: el brasileño Gustavo Lins sedujo el sábado con una elegante colección de líneas fluidas, diseñada para "hombres de verdad, no para modelos".
"Quería una colección para gente de la calle: para hombres de verdad, no para modelos", explicó el creador tras el desfile, presentado en las escalinatas del hermoso Palais Brogniart, en la céntrica Plaza de la Bolsa.
La aplaudida pasarela fue presentada por una veintena de modelos no profesionales, de todos los colores, continentes, tamaños y edades.
"Quería no sólo que la colección fuera para gente de verdad, sino que fuera presentada por hombres verdaderos, y no por modelos", subrayó el modista brasileño, cuyas líneas depuradas, tanto en sus colecciones masculinas como femeninas, seducen cada vez más a compradores del mundo entero, principalmente asiáticos.
Para escoger a sus "modelos", Lins organizó con su equipo un "casting salvaje", entrevistando a unos 150 hombres de entre 20 a 50 años de edad.
Seleccionó a 21, algunos de ellos con cuerpos espléndidos, y otros más bien pequeños y corpulentos, muy lejos de los muy delgados, muy jóvenes y muy altos modelos que se han visto en la mayoría de los desfiles masculinos, que empezaron el miércoles en París, hasta el domingo.
"Lo que buscamos es que fueran sensibles a la moda, que les gustara la ropa, y que ésta les quedara bien", explicó Gustavo Lins, cuya formación de arquitecto se refleja en la perfecta estructuración de sus pantalones, chaquetas, abrigos y accesorios.
Consciente de la crisis económica que vive el mundo, el estilista brasileño utilizó bastantes materiales reciclados, como retazos de pieles recogidos en su taller, con los que creó prendas de líneas muy fluidas, fáciles de usar.
La colección, donde los detalles, como los bolsillos en los pantalones, no eran aparentes, estuvo impregnada por su tradicional amor por el Japón.
"En alguna vida anterior creo que fui japonés", confió el modista brasileño, quien es el único latinoamericano miembro titular de la alta costura, un exclusivo grupo cuyos nombres se cuentan con los dedos de la mano.
Lins vistió a los hombres con pantalones en materiales suaves, como poplin de seda, linos y lanas frías. Los abrigó con chaquetas y cazadores de piel muy suave, como un guante, o con abrigos para la lluvia.
La gama de colores fue la que caracteriza al creador brasileño: negro, gris, blanco y un original azul tinta, color que luego piensa "desarrollar industrialmente".
Pero usó también colores que evocan a su Brasil natal, como el verde limón, que ha utilizado en anteriores colecciones para la mujer, y que ha dicho le recuerda los olores de su infancia en Brasil. Y también un rosa, como el color de la guayaba.
El creador presentará el martes en la Embajada de Brasil en París su colección de alta costura, donde todas las prendas son únicas y hechas a la mano.
La jornada del sábado estuvo también dominada por el desfile de Dior, que propuso una elegante colección dominada por el burdeos, el negro, el azul oscuro y el color cielo, declinados en pantalones cortos y largos, en camisas y camisetas, en chaquetas cerradas, y en capas de lluvia.
El estilista de Dior, el belga Raf Simons, de 44 años, que el miércoles presentó una colección de su propia firma marcada por toques femeninos, diseñó para la histórica casa francesa una colección depurada, para el día y la noche, en el que los motivos geométricos fueron la pieza de resistencia.
La jornada se abrió con el desfile de la casa Kenzo -cuyos directores artísticos son desde el 2011 el estadounidense de origen peruano Humberto Leon y la también estadounidense Carol Lim - que ofreció una colección de aire deportivo, inspirada en la soleada California.
"Nos inspiramos en las subculturas que florecen en las ciudades al borde del Pacífico", dijeron los creadores tras el desfile que se desarrolló en un circo, en las afueras de París.
En la pasarela Kenzo dominaron los pantalones, muchos de ellos cortos o hasta arriba del tobillo, usados con chaquetas, y las camisas y camisetas en lino y algodón, o también en neopreno, un material utilizado en los trajes de surfeadores que abundan en las playas californianas.
La colección, dinámica, accesible y moderna, ofreció prendas estampadas con olas. En otras, parecía que se había lanzado tinta azul, lo que evocaba el flujo y reflujo del mar.
Y en otras se leía mensajes escritos en blanco sobre fondo negro, que proclamaban "There is hope" (Hay esperanzas).
La jornada del sábado estuvo también dominada por el desfile de Dior, que propuso una colección dominada por el burdeos, el negro y el azul oscuro y el color cielo, que declinó en pantalones cortos y largo, en chaquetas cerradas, y en capas de lluvia.
El estilista de Dior, Raf Simons, que el miércoles presentó una colección de su propia firma, ofreció una colección elegante, para el día y la noche, en el que los motivos geométricos fueron la pieza de resistencia.
La Semana de la moda masculina concluye el domingo, con la presentación de la colección de Hedi Slimane para la casa Yves Saint Laurent.