UN VIAJE a la mítica victoria de los griegos sobre los troyanos y el destino de sus mujeres es lo que se podrá vivir con “Las Troyanas”, una puesta en escena del Teatro Ditirambo quien vuelve a los clásicos para narrar esta tragedia con 12 artistas en las tablas, bajo la dirección de Rodrigo Rodríguez.
Existe una guerra tan aterradora como legendaria: Troya, un fenómeno que a pesar de los siglos se repite incesantemente. El Teatro Ditirambo expone la tragedia que se avecina en nuestros días y la irracional postura de quienes ostentan el poder para hacer que soplen con fuerza vientos de guerra. En temporada de estreno del 10 de este mes al 16 de noviembre en la renovada Sala Ditirambo Galerías.
Rodrigo Rodríguez y su equipo se basan en la tragedia clásica escrita por Eurípides, con la adaptación dramatúrgica de Jean Paul Sartre. Cuenta con la actuación de Margarita Rosa Gallardo, María Clara Olaya, Gloria González, Hernando Montenegro y Milena Durán, junto a un coro de seis jóvenes actores que dan vida a las canciones adaptadas del texto original con arreglos de Aldo Orjuela. Una mirada ecléctica en la que asocian varias influencias y elementos escenográficos, de vestuario (con la asesoría de Marisol Solinas), maquillaje e iluminación dentro de su teoría de teatro popular mestizo y analógico.
Tras 10 años de enfrentamientos los griegos se toman la ciudad y se desata la crueldad de los vencedores, un enorme incendio y la muerte de los hombres dejan a las mujeres desamparadas. Ahora las hijas de Troya y su reina, Hécuba, no son dueñas de su destino. Casandra será llevada como esclava de Agamenón, rey de Grecia, Políxena morirá degollada. Andrómaca la viuda de Héctor, será entregada a Neptolemo tras la pérdida de su pequeño hijo, el último varón de Troya. Todas saben que su suerte se está decidiendo, el ejército griego destruye lo poco que queda en pie y se reparten el botín. Las Troyanas no tienen escapatoria. ¿Y Helena? Causa y motivo de la disputa ¿Cuál será su futuro?
Las mujeres ocupan la voz en esta tragedia. Ellas observan el mundo, el de la guerra, a la cual no pertenecen y no han generado, pero a la que deben responder y sobrevivir. Siempre son ellas, las mujeres y los niños, los más vulnerables. En Las Troyanas Eurípides nos lo hizo ver, y como Casandra, nos profetizo un futuro en el cual no creímos: ¿hasta cuándo madres, hijas y esposas seguirán gimiendo de dolor? ¿Cuántos seguirán muriendo lejos, enterrados entre el barro y la sangre de otras tierras?
Esta obra narra las horas que transcurren tras el saqueo de Troya y la partida de las embarcaciones griegas, la toma final de la ciudad después de 10 años de sitio, en medio de un impresionante incendio y una desgarradora masacre en la que sucumben todos los hombres.
Hécuba, reina de Troya sobrevive en medio de las ruinas de la ciudad; su palacio, sus baluartes y su pueblo caen ante sus ojos. Las mujeres están siendo sorteadas, también sus hijas, víctimas en medio del desastre, Kasandra llevada como esclava de Agamenón, rey de Grecia, y Políxena muere degollada. Sus hijos varones Héctor y Paris mueren en medio de los combates entre troyanos y griegos. Príamo, rey de Troya y esposo de Hécuba, es degollado ante el altar.