A lo largo de su trayectoria, el paisaje y el agua han sido las grandes inspiraciones que el maestro Jesús Franco utiliza en el proceso creativo de sus obras. En esta ocasión presenta ‘Imágenes fragmentadas para mirar al mundo’, una serie compuesta de 34 obras surrealistas en las que muestra el lenguaje que ha trabajado en los últimos años para expresar sus sentimientos.
En esta exposición, que se presenta en el Museo de Arte de Caldas, Chucho Franco, como se le conoce en Manizales, quien muestra una faceta distinta de su trabajo pictórico, el cual siempre se ha caracterizado por basarse en la acuarela. Ahora, se aleja de esos paisajes que siempre han marcado su obra y cambia de escenario al utilizar la técnica óleo sobre lienzo para expresar sus inquietudes ante el mundo.
El acuarelista, que se instaló en la capital caldense en el año 1947, cuando fue enviado de Sevilla por sus padres para que ingresara a la universidad, juega en estas piezas con los colores vivos para permitirle a quienes miran sus cuadros una interpretación personal de su forma de concebir la vida y todo lo que gira en torno a ella.
“Con estas pinceladas pretendo exteriorizar mis sentimientos, utilizando la maravillosa herramienta de la pintura. En esta ocasión, el trabajo que comparto es una visión diferente a la de mis tradicionales”, comentó el artista en el catálogo de presentación de este nuevo trabajo.
Franco nació en Sevilla, Valle del Cauca, el 16 de octubre de 1929. A pocos días de cumplir 90 años, sigue gozando de agilidad para desplazarse por toda su casa, que tiene tres pisos y un jardín amplio. En sus conversaciones nunca falta el un buen humor y es evidente su memoria prodigiosa y del don de la palabra que siempre lo han caracterizado
El maestro chucho Franco realizó su primera exposición individual en su pueblo natal, Sevilla, en el departamento del Valle. Desde entonces su pasión por la pintura lo llevó a realizar exposiciones colectivas e individuales en reconocidos centros del arte en diferentes ciudades del país.
Desde joven le gustaba el ambiente cultural, la poesía y el arte. Tuvo teatro de títeres, museo de cera, fue caricaturista en el diario La Patria, diseñador de adornos para las telas en Única y dibujante de arquitectura. Se vinculó a la Universidad de Caldas durante la rectoría de Ernesto Gutiérrez, donde estuvo por 30 años.
Hubo una época en que recorrió el país exhibiendo una serie de figuras en cera que tuvieron acogida por parte del público. De esta experiencia artística guarda el recuerdo de una vez en que, en el municipio de Honda, un fanático político arremetió contra una figura de Fidel Castro que tenía exhibida en el balcón de la vivienda donde hizo la exposición.
El periodista y escritor José Miguel Alzate, en una crónica para Eje 21 sobre los noventa años del maestro, relató sobre este hecho: “Organizó el museo de cera en el segundo piso de una casa en la plaza principal. Para atraer visitantes, en el balcón puso la efigie de Fidel Castro y, debajo, la bandera de Cuba. Lo hizo porque hacía poco había ocurrido la invasión a Bahía Cochinos. Pensó que, por esta razón, la entrada iba a ser buena. Pero fue lo contrario. Nadie quería entrar. La figura de Castro despertaba sentimientos encontrados en la gente. Un hombre que llegó de La Dorada, al ver la imagen sacó el revólver y disparó contra ella. El acuarelista no tuvo otra alternativa que quitar su figura y poner la de López Pumarejo. La reacción fue inmediata. El local se llenó. Todo porque el líder liberal nació allí.”