La restauradora Martelena Barrera Parra nos da una perspectiva sobre esta exhibición del Maestro Grau. “Asomarse al siglo XX en el tema de las artes plásticas, es necesariamente, retomar un momento histórico de cambio en Colombia, donde se dan cita lo social, lo político, las artes y lo cotidiano. Es también reconocer a ese grupo de artistas, dignos exponentes de una generación sobresaliente – Grau, Obregón, Roda, Ramírez Villamizar, Negret, Villegas, Wiedemann, Rayo, Manzur, Botero - quienes en mitad del siglo, se daban a la tarea de plasmar desde su experiencia, su pensamiento, su saber y su manera mirar e interpretar, ese torrente de vida que los atravesaba y los legitimaba como protagonistas de un acontecer, donde aún había mucho por descubrir o afianzar”, señala.
Enrique Grau fue uno de ellos y es su obra la que confirma su maestría. En esta muestra -casi en su totalidad obra gráfica-, se aprecia el manejo impecable de la técnica, la maestría en su trazo, el acierto al elegir los colores y por encima de todo, el entramado y postura de la sombra, que da paso a la luz y al volumen de manera magistral, como pocos hacedores en estos aspectos tan puntuales.
El Sofitel Bogotá Victoria Regia manifiesta que es grato hacer homenaje a un artista colombiano de la talla de Enrique Grau Araujo, que como buen hijo del Caribe, jamás aplazó el gozo de vivir y supo encontrar en el arte y sus afectos, arraigo y sentido que lo harían trascender en el tiempo.
El Maestro Enrique Grau es hijo de una familia procedente de Cartagena de Indias y su obra evolucionó desde unos inicios de carácter expresionista y abstracto a una madurez figurativa muy personal.
Abarcó multitud de intereses y campos, desde la pintura, el dibujo y el muralismo hasta la escenografía teatral, pasando por la escultura. Fue conocido por sus retratos de figuras amerindias y afrocolombianas. Falleció el 1 de abril de 2004 en Bogotá.