Con un colección de más de 3.000 artículos antiguos, la más grande colección de piezas antiguas que hay en la capital se exhibirá en la XXVIII Feria del Coleccionismo y Antigüedades, organizada por la Asociación de Anticuarios de Colombia.
Platería de todas las épocas, gobelinos franceses, bodegones, tallas de santos coloniales, pinturas al óleo, arte religioso, espejos dorados, canapés, consolas, vitrinas y hasta bibliotecas de los siglos XIX y XX serán el deleite de muchos coleccionistas y aficionados que admiran el legado cultural e histórico de aquellas piezas durante este fin de semana.
La feria se realizará en el antiguo claustro de la Iglesia de Santa Bárbara, ubicada en el parque del barrio Usaquén. “Es la única feria profesional de antigüedades de Colombia, donde se reúnen destacadas personalidades del mundo del arte como pintores, arquitectos, diseñadores, decoradores, coleccionistas y personas amantes del arte y de los objetos antiguos”, destacó Alfonso Guzmán, Presidente de la Asociación de Anticuarios de Colombia
Este evento pretende exhibir una de las más grandes muestras de colección que hay en Colombia, en la que se pueden apreciar exclusivas piezas de mobiliario tales como secretareis, canapés, sillones, consolas, vitrinas, bibliotecas y espejos dorados de los más diversos estilos de los siglos XIX y XX.
Además, se destacan también bellas piezas europeas, especialmente del afamado estilo Art Déco, tan apreciado por los conocedores del período artístico de "entre guerras". Por supuesto no faltan los finos objetos de cristal, las refulgentes piezas de platería de todas las épocas, los gobelinos franceses, las apreciadas tallas de santos coloniales, las pinturas al óleo de la Escuela de la Sabana, las de tema religioso y los artísticos bodegones.
Cada uno de estos artículos, tiene más de 100 años y cuentan una historia especial, por lo que son consideradas más que un simple ornamento para los espacios. Por ejemplo, se pueden apreciar y adquirir accesorios de estilo colonial, que se usaron durante el periodo virreinal en Colombia, como tallas de santos de madera, pinturas, objetos de plata de origen religioso, pequeños cálices, entre otros.
A estos objetos, del periodo de entre guerras, de origen alemán, francés o italiano, como lámparas, mesas o accesorios de bronce, se suman también mapas y grabados que daban muestra de las ciudades y sus paisajes, así como libros antiguos, con ediciones específicas de la historia de Colombia, historia del arte y literatura.
En general, todas son piezas certificadas y garantizadas por los anticuarios, es decir, cumplen con los requisitos para ser consideradas antigüedades de valor. Como lo explica Dimas Bedoya, "una antigüedad se determina por el tiempo que tiene de creada, mínimo cien años, las firmas y los sellos que dan cuenta de la procedencia del objeto, así como su aspecto, que tenga cierto grado de artesanía y diseño".
Una antigüedad, más que un objeto decorativo, es una reliquia que cuenta un relato por sí mismo "La casa de todo anticuario es la reserva de las cosas más importantes. Es un espacio, no solo para quienes saben del tema o les interesa, sino para aquellos a los que les gusta coleccionar objetos o para los que desean tener una pieza única en su hogar", concluye Alfonso Guzmán