El país andino, Ecuador, es uno donde la mayoría de los estudiantes se encuentran bajo el calendario que en Colombia se conoce como B, es decir, comienzan el año escolar en agosto, al igual que los países del norte, tienen las vacaciones de navidad, y el año se termina los primeros días de junio.
El Covid-19 azotó con violencia a Ecuador, fue uno de los primeros donde estalló la crisis y hubo una oleada de muerte en abril y mayo, de la que parece que ya está saliendo. La cuarentena al igual que en Colombia fue extensa. Se manejan por un modelo de color de semáforo que va indicando el regreso a la normalidad. Lo cierto, miles de comercios quebraron, muchas personas quedaron en desempleo y el desconfinamiento recién empieza.
Por ser un país donde la temporada escolar comienza en agosto, ya se está viendo un fenómeno sobre el tema de las matrículas y es una deserción de las escuelas privadas, padres que buscaban darle a sus hijos una educación bilingüe o de acreditación internacional y que hoy los están matriculando en escuelas públicas, donde está aumentando de forma considerable la solicitud de cupos.
Para evitar la quiebra o el cierre de colegios privados, el gobierno de Lenin Moreno ha propuesto unas ayudas del 25% del pago de la matrícula en las escuelas privadas. Sin embargo, si los padres manifiestan que no tienen cómo seguir pagando, prometió garantizar y ampliar los cupos en las escuelas públicas.
Según un informe de Anne Olsen para el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, la situación en Ecuador evidencia lo siguiente:
a) Empezó la migración de escuelas privadas a públicas, con un aumento de la matrícula fiscal en Ecuador. En junio 2020 se inició el ciclo escolar en la costa de Ecuador, y la matrícula en instituciones públicas aumentó en 120.000 estudiantes (6,5%).
b) Todavía hay 1.221.905 cupos disponibles en todos los niveles de la educación pública para garantizar el acceso de más alumnos. Sin embargo, la transición sería más notoria en grandes ciudades donde se encuentra la mayoría (88%) de las escuelas privadas y al mismo tiempo es donde hay menos cupos disponibles en las escuelas públicas. Por ejemplo, Guayaquil, Durán y Samborondón, el área metropolitana más afectada por el Covid-19 y que concentra un cuarto de los estudiantes de la zona costera, solo quedarían 20,482 cupos por llenar.
c) 1.040 escuelas privadas tienen al menos un grado con exceso de estudiantes, según el estándar de aforo (cupos disponibles) vigente, que establece 30 alumnos por clase en educación inicial y 40 en educación general básica y secundaria.
d) No hay más docentes para garantizar la calidad de la educación para más alumnos. Esto, combinado con un posible retorno a clases en modalidad semipresencial, implicaría un modelo de aprendizaje que va a necesitar un esfuerzo pedagógico más individualizado. En marzo de 2019 se registraron 168.174 docentes en el magisterio educativo, mientras que, en abril de 2020, la cifra disminuyó a 166.658.
¿Y aquí?
La situación es un campanazo de alerta para Colombia.
¿Tiene el Gobierno nacional disponibilidad de aumentar la oferta educativa en los colegios públicos ante una posible deserción de los colegios privados? Es necesario ver lo que ocurre en la región, porque la tendencia se puede repetir.
1. Colombia es a la fecha el único país del mundo donde sindicatos y gremios se oponen al regreso de las aulas para el segundo semestre. Toda Europa y Estados Unidos, donde opera un calendario similar al de Ecuador, tienen planes de regreso presencial. Se requiere de una revisión técnica y profunda sobre la viabilidad y las necesidades.
2. El viernes en una entrevista por Canal Institucional, Carolina Piñeros, de RedPapaz, expresó que es necesario volver, pero que hoy existen agravantes como muchos colegios públicos sin agua potable, o sin condiciones dignas es baños, acceso a jabón o a implementos de limpieza. Urge conocer las acciones para que por fin se resuelva un problema histórico de las instituciones educativas públicas y es la falta de implementos de aseo, la limpieza y la reducción del hacinamiento.
3. Si no se toman medidas que garanticen un seguro y pronto regreso, la reducción de la matrícula en los colegios públicos será un riesgo latente. De nuevo se requieren acciones prontas y objetivas para volver a la presencialidad escolar o un método de alternancia.
*Especialista en educación