Hace 25 años nació una nueva forma para proyectar en la industria, la música tropical de Colombia y América: “La tierra del olvido”
Nacida de la experiencia de Carlos Vives en su primer álbum de Clásicos de la Provincia llegó ese trabajo discográfico que dio origen al nuevo pop colombiano porque aplicó los patrones percutivos de la cultura anfibia y cumbiera en instrumentos eléctricos como las guitarras, bajos, y baterías, mezclando instrumentos modernos con otros ancestrales como tambores, semillas y gaitas.
Según los críticos su importancia también radica en una mirada más amplia del territorio musical colombiano, allí nació un nuevo pop tropical como lo llamaron en España o el Rock de mi pueblo como lo llama su autor.
“La tierra del olvido” fue el primer álbum lanzado por Carlos Vives bajo el sello Gaira Música local, una división creada para ese entonces al interior de la disquera Sonolux. Fue así como se comenzó a escribir la nueva historia musical de Colombia de la mano de Carlos Vives y una nueva generación de músicos como Iván Benavides, Richard Blair, Ernesto Ocampo, Mayte Montero, Carlos Iván Medina, Egidio Cuadrado y Luis Ángel “El Papa” Pastor, entre otros, que expresaban el valor de las raíces colombianas de cara a la modernidad.
El disco, que hoy resulta fundamental para entender la efervescencia de la música colombiana en la industria internacional, se compone de 11 canciones y salió al mercado en formato LP, casete y CD. Sus temas fueron Pá Mayté, Fidelina, La tierra del olvido, Zoila, Rosa, Agua, La cachucha bacana, Diosa coronada, La Puya Puyá, Ella y Jam en Jukumey.
“La tierra del olvido’ fue fruto de un laboratorio creativo que nos permitió crear un concepto poderoso, en el que lo local dialogaba con el mundo”, afirma Iván Benavides. Y es que el proceso de creación del disco fue un verdadero laboratorio en el que los artistas hicieron campamentos creativos en lugares como Santa Marta, Parque Tayrona, o en Santandercito, Cundinamarca, donde se compusieron y arreglaron las canciones que luego serían grabadas en los estudios de Audiovisión en Bogotá y cuyas voces y mezcla final se realizarían en Criteria Studios en Miami, Florida.
Un video emblema
El video de la canción que da nombre al disco es recordado como una obra audiovisual emblemática de la era de los 90 en Colombia. No solo nos mostraba a los miembros de la banda con su renovadora estética de rock y raíces nativas, sino que recreaba una historia de amor capaz de sintetizar el sentimiento de un país herido y al mismo tiempo esperanzado en tiempos mejores.
La tierra del olvido, el video musical, es una verdadera obra maestra del género, épica en su acercamiento al paisaje majestuoso de la Sierra Nevada de Santa Marta y al mismo tiempo transgresora de los cánones y estereotipos importados de la imagen al darle el protagonismo a personajes locales, campesinos e indígenas de la región caribe. El video es Colombia misma en unas pocas imágenes y le mostró al país su propia cara, olvidada y desconocida en las grandes capitales.
Sin embargo, después de muchos años de haber sido filmado en 35 milímetros, solamente podían encontrarse en internet versiones de baja calidad en definición standard (SD por sus siglas en inglés, 640x480 píxeles de resolución). Por fortuna, el propio Carlos Vives guardó la lata con el negativo fílmico original por más de 20 años y en 2015 encargó a la productora colombiana Mestiza Films la misión de digitalizar y restaurar su archivo.
La etapa de volver a la vida el video contó con el trabajo de Juan Camilo Restrepo como supervisor de postproducción y colorista de Mestiza Films, quien se encargó personalmente de llevar el negativo a los laboratorios de Cinecolor en México D.F. donde fue lavado y preparado para un proceso de telecine en alta definición a partir del cual se reconstruyó el montaje original.