¿"Las señoritas de Aviñón"? ¿"El Guernica"? Para Picasso la obra maestra no se reduce a un solo cuadro, según una muestra en París, que busca desmontar el "cliché" de que el genio español pintaba "demasiado, demasiado rápido".
La nueva exposición que se inaugura hoy en el Museo Picasso exhibe varios de sus lienzos más emblemáticos, algunos presentados en París por primera vez, como "Ciencia y Caridad", realizado por el pintor a los 16 años, o el conjunto de las tres obras "Las Bañistas", pintados durante la Guerra Civil española.
Pero ¿cuánto tardaron en convertirse en emblemas del arte moderno? Décadas en muchos casos, como "Las señoritas de Aviñón", considerada obra fundadora del cubismo, pero que en su día Francia dejó escapar...
"Tu pintura es como si nos quisieras hacer comer estopa o beber petróleo", dijo del óleo el artista francés Georges Braque después de que Picasso lo pintara en 1907. Para su consagración, hubo que esperar a que el poeta André Breton se rindiera en elogios en 1924 y sobre todo que el Moma de Nueva York lo adquiriera en 1939.
Ahora, "Las señoritas de Aviñón" permanece inamovible en el museo neoyorquino y en esta muestra parisina se exhibe una reproducción en tapicería realizada por la artista Jacqueline de La Baume-Durrbach en 1958 y que Picasso conservaba en su taller en el sur de Francia, ya que la consideraba "mucho mejor" que la suya.
Tampoco su famoso "Arlequín sentado" (1923) adquirió fama mundial en seguida. Propiedad de un coleccionista privado y depositado en el museo Kunstmuseum de Basilea, la obra llamó la atención cuando en 1967 su propietario cayó en bancarrota y quiso venderla: los ciudadanos de esta ciudad suiza salieron a la calle para recaudar fondos con el fin de que la ciudad la comprara, cosa que hizo.
"Emocionado", Picasso permitió al Museo de Basilea elegir entre algunas de sus obras para integrar a su colección, explicaron las comisarías de la muestra, Émilie Bouvard y Coline Zellal.
Una obra en movimiento
No sucedió lo mismo con "La Danza" (1925), pintada después de que Picasso y su esposa Olga, bailarina, se unieran a la compañía Ballets Rusos en Montecarlo.
Picasso la guardó celosamente durante 40 años, resistiendo al interés de los coleccionistas, hasta su adquisición en 1965 por la Tate Gallery de Londres.
El artista español (1881-1973) "no tenía en mente hacer una obra maestra aislada, sino un conjunto" que fuera considerado como tal, dijo Bouvard.
Por ello, insistía en las series como "Las Bañistas" y repetía hasta la obsesión temas como el arlequín o la cabra, según la comisaria.
Especialmente a partir de los años 1950, "algunos dicen que Picasso producía demasiado, demasiado rápido. Había la sospecha del dinero fácil". "Pero esta exposición quiere torcer el cuello a este cliché. Para Picasso la multiplicidad tenía un sentido, su obra tenía una vertiente cinematográfica, estaba siempre en movimiento", agregó.
"Picasso, ¡obras maestras!" - hasta el 13 de enero - precederá la exposición "Picasso azul y rosa" que el Museo de Orsay de París exhibirá a partir del 18 de septiembre.