“Es a través de la irrealidad de los libros que entendemos bien la realidad. Es un juego de ir y venir, es un modo de ser caleidoscópico, de poder entender al otro y experimentar diversas emociones. La lectura es un buen antídoto contra el odio”, dice Mario Mendoza, quien recientemente lanzó su libro “Leer es resistir”, un llamado vehemente a recordar que se trata de una fuerza que significa emancipación, resistencia y resiliencia.
Esta reflexión está basada en un conjunto de historias protagonizadas por libros, autores y lectores a lo largo de su obra literaria. El escritor bogotano es ícono de la literatura entre los jóvenes, que se identifican con personajes como Samuel Sotomayor (“Cobro de sangre”) o el mismo Campo Elías Delgado (“Satanás”).
Es uno de los autores latinoamericanos más influyentes de la actualidad. Nació en Bogotá, la ciudad que tanto retrata en gran parte de los más de 24 libros que ha escrito a lo largo de su vida. Ha vendido más de 20 mil ejemplares, una cifra enorme para el mercado editorial colombiano.
En 2018 concluyó “El mensajero de Agartha”, una saga juvenil conformada por diez títulos, y publicó la novela gráfica “Satanás”, junto con el ilustrador Keco Olano. Este fue el comienzo de su trabajo en conjunto, que se materializó en dos proyectos: la trilogía de novelas gráficas “Mysterion”, de la que se han publicado “Kaópolis” (2020) y “Los fugitivos” (2022); y la serie de cómics “El último día sobre la Tierra”, conformada por diez títulos diferentes de los que ya se han publicado seis.
De hecho, “La melancolía de los feos” (2016) estuvo entre los libros más vendidos y sus fans hicieron largas filas para entrar a su conferencia o para que les firmara un ejemplar.
Mendoza ha escrito y vendido libros de todo tipo, incluso uno llamado “Paranormal Colombia” en el que, siempre con su estilo, cuenta historias de personas que hablan con los muertos, leen la mente o ven el futuro. También es autor de una saga juvenil en la que cuenta la historia de un joven que viaja por sitios mágicos de toda América Latina.
Este famoso autor se considera una persona muy juiciosa y es enfático en decir que la disciplina siempre ha caracterizado su carrera. “La disciplina es más importante que el talento”, comenta Mendoza.
Índices de lectura
En una charla virtual en la que participó EL NUEVO SIGLO, el escritor profundizó sobre la literatura, los escritores y el lenguaje de las letras.
“Creo que al país le falta subir los índices de lectura y eso va relacionado con una capacidad de democracia. Sí creo que leer ayuda mucho a comprender a los otros, a ser más tolerante, más reposado y dar una mejor opinión con respecto a los demás o a la realidad que nos circunda, bajo una democracia porque lo que hemos aprendido es lo contrario, hemos aprendido a ser clasistas, racistas e inconscientes”, refiere el autor durante una charla virtual como parte de las actividades para presentar “Leer es resistir”.
Para Mendoza, su libro es una invitación a la lectura, bajo un ángulo que no es el acostumbrado. “No es leer para ser culto, para ser una persona educada, para citar autores y creerse una persona intelectual. Se tiene que hacer de corazón, de eso que transforma al lector y sin esas pretensiones”.
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El estilo de este autor es inconfundible; su estructura es muy elaborada y su mensaje incluye un sentido crítico. Sus escritos se destacan por su interés en crear resistencia, en no formar un gremio de fanáticos de su obra literaria sino más bien activistas que luchen por sí mismos. Su crudeza, su forma de contar las historias de personajes ocultos, deformes, tímidos y relegados, es triste pero a la vez valiente.
Los críticos juzgan sus obras con dureza, pero casi siempre están entre las más vendidas: “Poco a poco he ido descubriendo que hay una pose del mundo académico, que suele ser bastante acartonado. La mayoría se va acartonando y poco a poco te vas dando cuenta de que hay un canon. Buena parte de la gente que enseña está acartonada, creo que eso debe ser un acto de seducción, noble, amoroso. La seducción exige mucha ternura y creo que eso no lo hemos tenido: una mejor pedagogía. La idea es invitar a los lectores a que sepan de qué se están perdiendo si no leen”, expresa el escritor, ganador del Premio Nacional de Literatura en el 2011.
El autor habló de sus intentos de escribir novelas muy juveniles y cómics como un mundo fascinante al que hay que explorar: “Me parece que al leer este tipo de textos se abre una biblioteca escondida. En los libros debería haber menos violencia, menos odio y más capacidad creativa”.
El poder de la transmutación
Una de las reflexiones de Mario Mendoza es que los libros deben hacer una invitación a sentir emociones con respecto a las personas que se citan en una novela, obra o relato: “Creo que uno se cansa de ser uno mismo, uno a veces tiene un hastío de sí mismo, creo que la lectura es la posibilidad de salir de mí, de ser de otra manera, de sentir otros afectos, de otros preceptos, de transportarme a un personaje. Tener la posibilidad de experimentar emociones de un personaje me parece increíble”.
“Y así, en la medida que vas abriendo un libro, te vas dando cuenta que te conviertes en una prostituta, en un héroe, te conviertes en una cantidad de sujeto, y tener esa posibilidad me parece increíble, fascinante y es el enorme poder que otorga la lectura, el de la transmutación, de los devenires, el de las mutaciones de alta intensidad y poder pensar desde los otros, poder ser un budista, un musulmán, un místico, un ateo y un revolucionario, y de libro en libro voy cambiando de piel. Me parece que es una enorme riqueza que uno le debería transmitir a un lector que está empezando, ese poder, y eso es lo que intento en este libro, que la gente comprenda el enorme poder que hay en la lectura para construir democracia participativa”, señaló.
Asimismo, destacó que en las sociedades, sobre todo en Latinoamérica, se tiene la tendencia a pertenecer a una élite: “Entre más lees y más publicas más horizontal tienes que ser. Creo que en América Latina la cultura funciona de una manera de querer ascender socialmente. Creo que hay que quitarse las poses y ser creativo de verdad”.
“Cuando lees hablas de determinada manera, te expresas de una forma distinta y te vas haciendo élite y vas cayendo en la trampa, en creer que la cultura tiene que ver con la élite y es un error de perspectiva garrafal; todo lo contrario, lo que te genera la cultura y la lectura es más horizontalidad; entre más lees y más publicas más horizontal tienes que ser”, resaltó.
Mendoza Escribe para la Editorial Planeta, una de las más grandes y reconocidas, lo que le da presencia escénica y mediática. Cabe destacar que sus libros se venden muy bien y que conserva un grupo fiel y nutrido de lectores; eso lo convierten en una de las plumas más importantes de la nueva generación de las letras colombianas.