Aunque los hogares han atravesado por una serie de cambios drásticos que han perdido importancia con el paso del tiempo, la pandemia les ha vuelto a dar relevancia

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EL TIEMPO de aislamiento social y la pandemia han traído consigo múltiples consecuencias negativas en la economía y la salud. A su vez, los aspectos más afectados son el de la psicología y la familia, ya que este último ha sufrido diferentes cambios positivos, recuperando en su mayoría las costumbres tradicionales que con el tiempo han dejado de existir a causa de la prisa con la que vive el mundo. 

El virus no solo causa la muerte de las personas, sino que afecta a nivel psicológico a los que luchan por sobrevivir, a los que se quedan en casa durante la cuarentena, a los desfavorecidos de la economía y a los que han perdido sus trabajos.

Parece ser que entre los desafíos más grandes que han influenciado a las personas durante la pandemia, y lo seguirá siendo en el periodo posterior a esta, son los problemas psicológicos causados por la ansiedad.

Por estos tiempos, varias personas experimentan este tipo de sensaciones, por lo que los expertos han empezado a hablar no solo sobre el efecto negativo a nivel psicológico que puedan sufrir muchas personas a raíz del virus sino también de posibles formas de tratarlo.

“La sensación de aislamiento ha traído bastante ansiedad, impotencia en algunos casos, depresión y pánico. Esa es la parte negativa, sin embargo, ha traído un poco de elementos positivos como el acercamiento con la familia, el volver a pensarse uno mismo, el tema de reinventarse y sobretodo, el buscar cambios personales con el fin de crecer”, le dijo en entrevista a EL NUEVO SIGLO Pablo Monsalve, psicólogo de la Universidad Areandina. 

Pero una familia cálida y motivadora juega, de igual manera, un papel importante para curar desordenes psicológicos.

“La familia siempre va a ser el círculo inicial, donde las personas se van a mover, por lo tanto, el apoyo, la comprensión, el cariño, la posibilidad de ayudarle a la persona que tiene dificultad en que desarrolle nuevas habilidades va a ser súper importante para que mejore y pueda salir más rápido de esas situaciones psicológicas”, aseguró el experto.

La institución de la familia ha atravesado una serie de cambios drásticos y ha perdido importancia con el paso del tiempo desde el inicio de la revolución industrial.

Al día de hoy, este no es un tema de preocupación para muchas personas, particularmente, para los jóvenes: simplemente no tiene significado en sus vidas porque creen que la vida familiar les impone restricciones y los carga con bastantes responsabilidades, por lo que es muy difícil manejar este tipo de vida, relacionándolos a su vez con problemas económicos. Esta perspectiva influencia a una gran parte de la población mundial.

“Nos hemos visto en la obligación de convivir, de volver a estar 24 horas todo el tiempo juntos. Antes la cosa era diferente, los papás simplemente veían crecer sus hijos de forma horizontal porque se levantaban y estaban dormidos, volvían en la noche y estaban dormidos de nuevo, entonces no tenían mayor contacto”.

Pero esta pandemia ha demostrado no solo que una familia cálida y estable es de vital importancia y supone un refugio seguro, actuando como un centro de rehabilitación psicológica en estos duros tiempos, sino que también pone en evidencia que sus papeles nunca pasarán de moda.

Durante la pandemia, que ha logrado encerrar a la mayoría de personas en sus hogares, una vida familiar digna y bien establecida podría jugar los siguientes tres papeles, de la misma forma que en el pasado.

Como ayuda emocional y psicológica

Con la rápida propagación del virus, muchas personas deben estar encerradas en sus hogares, estas se sienten aburridas y sienten que sus movimientos son bastante limitados. Ven todo el tiempo noticias en donde les ofrecen información sobre el número de muertes en el mundo, sienten miedo a raíz de esto y creen que no están seguros, además de estar durante mucho tiempo en sus casas.

Apoyo financiero y físico

Como escuchamos en la televisión y vemos a nuestro alrededor, por ejemplo, muchas personas han perdido sus trabajos; algunos han tenido que tomar licencias no remuneradas y los salarios de muchos otros se han reducido debido al cierre de muchas empresas.

Los gobiernos de todo el mundo están haciendo todo lo posible para ayudar a las personas necesitadas. Sin embargo, no siempre es fácil satisfacer la creciente demanda y responder al llamado de todos, de modo que la institución familiar desempeña un papel importante para apoyar a quienes enfrentan dificultades.

En primer lugar, los integrantes de la familia se apoyan mutuamente en la parte financiera; comparten lo que tienen hasta que termine la pandemia, con lo que el espíritu de solidaridad, protección y pertenencia en un hogar estable les permite ponerse de pie y sobrevivir en estos tiempos difíciles. En segundo lugar, las familias que viven en diferentes lugares se unen y comienzan a vivir juntas en grupos extensos.

Por lo tanto, la antigua estructura de la familia extendida alivia la carga de tensión y presión impuesta no solo a personas necesitadas sino también a la sociedad que se esfuerza por hacer lo mejor para proteger la vida de las personas durante esta dificultad.

Finalmente, los roles anteriores que una buena familia pone en práctica vinculan a las personas angustiadas con el futuro durante esta dificultad, no solo al agregar significado y valor a la vida, sino también al levantar el ánimo.

Esta pandemia nos lleva a todos a un estado de pesimismo, lo que resulta en una visión sombría sobre el futuro. Dicho estado de ánimo puede generar ansiedad por el futuro, el trabajo, cuestiones financieras, educación y, sobre todo la vida.

 “Durante la cuarentena surge la ansiedad que produce estar encerrado, la sensación de no poder tener contacto con otras personas, incluso la desconexión con otras, que puede llevar a sentimientos de soledad, tristeza e incluso, cuadros depresivos”, señaló Monsalve

Por lo tanto, en una situación tan trágica y miserable, una familia segura interviene para brindar atención moral y espiritual a sus miembros que se esfuerzan por aliviar la magnitud de la inquietud psicológica; una familia resiliente los calmará animándolos, charlando con ellos, proporcionándoles apoyo espiritual y moral.

Por otro lado, es importante resaltar que otro de los motivos por los que las relaciones de la familia han cambiado es el hecho de tener un “enemigo en común”, como lo afirmó Pablo Monsalve: “La familia tiene un enemigo en común hoy y eso de alguna manera ha ayudado a que las familias se unan y en este caso ese enemigo es el virus, pero también es la forma en que las familias lo están afrontando”.

Así mismo, el convivir por varias horas al día con los seres queridos hace que la comunicación entre padres e hijos mejore notablemente, ya que todas las partes pueden entender mejor lo que cada uno se dedica en el día a día.

En conclusión, aunque la institución familiar sufre profundamente hoy en día debido a la negligencia y la fragmentación de tradiciones, la pandemia ha demostrado una vez más que un núcleo familiar sólido y estable es de vital importancia en la sociedad, no solo durante los buenos tiempos sino también durante los difíciles.