La "mujer guerrera" del venezolano Oscar Carvallo se lanzó a la conquista de París, protagonizando una colección desvelada el martes por la noche, al margen de las pasarelas de alta costura, donde Chanel sorprendió con una ciudad futurista recreada en un teatro en ruinas y el brasileño Gustavo Lins jugó con las líneas, la luz y el color, en su desfile para el otoño e invierno próximos.
En la segunda jornada de los desfiles de alta costura --una apelación jurídicamente controlada, que sólo existe en París--, grandes casas de lujo, como Chanel y la siempre elegante firma italiana Armani, compartieron escenario con talentos emergentes, como Stéphane Rolland, que se inspiró en la España del maestro Diego Velázquez, y el joven francés de origen español Julien Fourié, que propuso piezas que parecían salidas de la brocha de un pintor flamenco.
Armani ofreció prendas perfectas y delicadas, en tonos márfil y el negro, mientras que el director artístico de Chanel, Karl Lagerfeld --que instaló a sus invitados en los asientos de madera de un teatro ennegrecido, que recreó en el museo Grand Palais-- presentó amazonas futuristas, enfundadas en prendas de corte amplio y formas arquitectónicas.
En la sala, había discretas actrices francesas como Virginie Ledoyen y Carole Bouquet, estrellas asiáticas que lucían creaciones Chanel, y la cantante Rihanna, que llegó muy sexy, rodeada de guardaespaldas y decenas de fotógrafos.
Las modelos desfilaron ante la representación de una ciudad del futuro, donde se perfilaban edificios ultramodernos, como algunas de las creaciones: faldas muy cortas, chaquetas muy cuadradas, amplios cinturones marcando la cintura, y también algunos trajes largos y transparentes.
La idea que centró la puesta en escena y la colección es la "oposición del viejo mundo que se derrumba y el nuevo mundo", dijo Lagerfeld, asegurando que "Chanel es el embajador del viejo mundo en el nuevo".
En la noche, Oscar Carvallo, de 47 años y que lleva 25 en la costura, se tomó los salones del Ayuntamiento de un céntrico barrio parisino, le Marais, para ofrecer su segundo desfile de alta costura, al margen de las pasarelas oficiales.
El venezolano --que se instaló hace una década en la Ciudad Luz, donde su marca seduce cada vez más a una clientela internacional-- se inspiró para este desfile en "la mujer guerrera y femenina".
"Una mujer al mismo tiempo fuerte y sensible", explicó el modista a la AFP, mientras ponía los últimos toques a una de sus creaciones en su taller en la exclusiva calle Faubourg Saint Honoré: un estrecho traje largo, en tonos negro y dorado, modelado por una chica muy alta y muy rubia.
Ese traje, como otros de la colección --donde dominan los tonos cobre, negro, blanco, dorado-- evocan armaduras. Las telas que escogió son por ello rígidas, como el cuero, la siberlina, el gazar, y ricos y pesados brocados color oro.
Pero los encajes y los tules suavizan esa silueta de "guerrera letal", al subrayar el lado femenino, "la sensibilidad e intuición" de la mujer, señaló el diseñador, que usó mucho el cuero troquelado.
"El cuero es la fuerza", notó el modista, que en su desfile para la temporada pasada, protagonizado por "la mujer pez", creó escamas en cuero troquelado para vestir a la mujer en sirena.
En esta colección, el cuero, mezclado algunas veces con tejidos metálicos, evoca armaduras samurai, y tiene un toque medieval.
La otra inspiración de esta colección, titulada "Eagle's eye" (Ojo de águila), son los pájaros. Por eso el despliegue de plumas: de oca, avestruz y también plumas fabricadas en cuero.
"Los pájaros evocan la ascensión, el poder de mujer, la libertad, el movimiento", dijo Carvallo, que creó trajes en tonos azules estampados de garzas de invierno japonesas.
El brasileño Gustavo Lins, el único latinoamericano miembro de esta selecta familia de la Alta Costura, con su taller (ateliergustavolins), presentó una visión de una mujer elegante y sensual, vestida en suaves drapeados en tonos rosa viejo, negro, pero también en encendidos naranja, de líneas arquitecturales, y abrigada con voluptuosas pieles.
Las pasarelas parisinas continún el miércoles con las colecciones de los creadores franceses Frank Sorbier y Jean Paul Gaultier, con la italiana Valentino y con el libanés Elie Saab, que viste a estrellas de cine y princesas de Medio Oriente.