La reina Isabel II de Inglaterra celebra el 60 aniversario de su coronación el domingo, y para conmemorarlo regresará el martes a la Abadía de Westminster, el escenario donde se llevó a cabo la ceremonia el 2 de junio de 1953.
Para entonces, la soberana de 27 años llevaba ya 16 meses en el trono, al que accedió a la inesperada muerte de su padre, Jorge VI, el 6 de febrero de 1952. Pero el periodo de luto y los preparativos necesarios obligaron a posponer el milenario ritual.
Por eso los festejos del sexagésimo aniversario de la coronación serán más discretos que los fastos multitudinarios organizados el año pasado con ocasión de su Jubileo de Diamante.
La popular monarca, de 87 años, no tiene ningún acto público previsto durante el fin de semana, que pasará con su esposo Felipe, de 91, en el castillo de Windsor, cerca de Londres, según el palacio de Buckingham.
Pero el martes, acompañada por los principales miembros de su familia, asistirá a una solemne misa conmemorativa en el imponente templo anglicano que albergó 38 coronaciones desde la de Guillermo el Conquistador en 1066.
La última, por supuesto, fue la suya, que marcó oficialmente el inicio de una nueva en la que esta mujer que no estaba destinada a ser reina se ha revelado idónea para el papel y se ha convertido en un símbolo de la continuidad y la estabilidad.
"El Reino Unido era entonces otro mundo. Ha cambiado completamente desde 1953. Sólo la reina ha sido nuestra constante", escribió el biógrafo real William Shawcross en el diario Daily Telegraph.
Si la coronación de Isabel II, que a pesar de la lluvia sacó a la calle a miles de personas y fue por primera vez retransmitida a 20 millones de televidentes, aunó al país, "esta unidad en torno a la Corona se ha mantenido asombrosamente y está centrada en la joven mujer que ha envejecido con nosotros", explicó el experto.
Entre los más de 8.200 asistentes a la ceremonia en la que fue ungida y coronada estaba ya el príncipe Carlos, el mayor de sus cuatro hijos nacido en 1948 y que hoy a sus 64 años es el heredero al trono británico que más tiempo lleva esperando su turno.
El duque de Gales, que últimamente parece tener un papel creciente, acompañará a la reina el martes, con su esposa Camila y sus hijos Guillermo, que espera con Catalina su primogénito para julio, y Enrique.
El arzobispo de Canterbury Justin Welby, primado de la Iglesia de Inglaterra de la que la reina es Gobernadora Suprema, pronunciará el sermón, y David Cameron, el duodécimo primer ministro con el que ha trabajado la soberana, leerá un pasaje del evangelio.
Entre los 2.000 invitados a la abadía, que en 1997 albergó también el funeral de la princesa Diana, estarán igualmente representados los otros 15 países de los que Isabel II es jefa de Estado, entre ellos Australia y Canadá.
Regent Street, una de las principales arterias comerciales de Londres, se ha engalanado con banderas de color violeta y dorado en honor a la segunda monarca que más tiempo ha reinado en el Reino Unido, después de su tatarabuela Victoria (1837-1901).
Una salva de 41 cañonazos en Green Park, seguida de otra de 62 desde la Torre de Londres, rendirán el lunes otro homenaje a la soberana, que también recibirá en estos días una réplica exacta del ramo de flores que llevó el día de su coronación.
Durante el verano se llevarán a cabo otras actividades relacionadas con este aniversario, como una exposición de fotografías de los preparativos y del día de la coronación.
Británicos y turistas podrán descubrir, además, el elegante vestido en satén blanco bordado con hilos de oro y plata, y con diamantes y perlas incrustrado, y los trajes que lucieron los otros miembros de su familia en la tradicional exposición veraniega del palacio de Buckingham, que estará abierta del 27 de julio al 29 de septiembre.
Aunque no habrá nada equivalente a la procesión fluvial o al megaconcierto del año pasado, en julio está previsto también un festival de cuatro días en los jardines de Buckingham Palace que incluirá música, teatro y gastronomía.