Los pacientes con inflamación autoinmune de la tiroides pueden tener un mayor riesgo de desarrollar ansiedad, según un estudio que se ha presentado en el 22º Congreso Europeo de Endocrinología.
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La investigación ha encontrado que las personas con ansiedad también pueden tener inflamación en la glándula tiroides que se puede reducir tomando antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno. Estos hallazgos sugieren que la función tiroidea puede jugar un papel importante en el desarrollo de trastornos de ansiedad y que la inflamación de la tiroides debe investigarse como un factor subyacente en trastornos psiquiátricos, como la ansiedad.
La ansiedad puede tener un impacto severo en la calidad de vida y la capacidad de las personas para trabajar y socializar; sin embargo, los medicamentos contra la ansiedad no siempre tienen un efecto duradero.
Los exámenes actuales para los trastornos de ansiedad suelen centrarse en la disfunción del sistema nervioso y no tienen en cuenta el papel del sistema endocrino.
La glándula tiroides produce las hormonas tiroxina (T4) y triyodotironina (T3) que son esenciales para regular la función cardíaca, muscular y digestiva, el desarrollo del cerebro, así como el mantenimiento de los huesos.
La inflamación autoinmune en la tiroides ocurre cuando el organismo produce anticuerpos que atacan la glándula y causan daño. Estudios recientes indican que los trastornos de ansiedad pueden estar asociados con la disfunción de la glándula tiroides. Por lo tanto, es importante comprender cómo esto puede contribuir a la ansiedad, para que los pacientes puedan ser tratados de manera más eficaz.
La doctora Juliya Onofriichuk, del Hospital Clínico de la ciudad de Kiev (Ucrania) investigó la función tiroidea en 29 hombres con edad media de 33,9 años y 27 mujeres con una edad promedio de 31,7 con ansiedad diagnosticada, que estaban experimentando ataques de pánico.
Los ultrasonidos de sus glándulas tiroideas evaluaron la función tiroidea y se midieron los niveles de hormonas tiroideas. Los pacientes con ansiedad mostraron signos de inflamación de la glándula tiroides, pero su función no se vio afectada, con niveles de hormona tiroidea todos dentro del rango normal, aunque ligeramente elevados. También dieron positivo en anticuerpos dirigidos contra la tiroides.
“Estos hallazgos indican que el sistema endocrino puede desempeñar un papel importante en la ansiedad. Los médicos también deben considerar la glándula tiroides y el resto del sistema endocrino, así como el sistema nervioso, al examinar a los pacientes con ansiedad”, explica la doctora Onofriichuk.
Este conocimiento podría ayudar a los pacientes con ansiedad a recibir un tratamiento más eficaz que mejore la función tiroidea y podría tener un efecto positivo a largo plazo en su salud mental. Sin embargo, en este estudio no se tuvieron en cuenta las hormonas sexuales y de las glándulas suprarrenales, que también pueden tener un efecto grave sobre la ansiedad.