Unas 2.000 personas asistieron el lunes en una iglesia católica del suroeste de la India a los funerales de la enfermera que se ahorcó en Londres después de una broma telefónica en el hospital donde era atendida la esposa del príncipe Guillermo, un drama que provocó conmoción en la población local.
De origen indio, Jacinta Saldanha, de 46 años, fue encontrada muerta el 7 de diciembre en las dependencias reservadas a las enfermeras del hospital londinense King Edward VII, tres días después de haber sido engañada por teléfono por los animadores de una radio australiana que se hicieron pasar por la reina Isabel II y el príncipe Carlos.
Al marido de la enfermera, Benedicto Barboza, a su hijo de 16 años, Junai, y a su hija de 14 años, Lisha, se unieron parientes y habitantes del pueblo de Shirva para una ceremonia religiosa marcada por la emoción y al son de oraciones y cantos en konkani, el idioma local.
El féretro, cubierto de flores y sobre el cual había un retrato, fue llevado de Mangalore, en el Estado de Karnataka, a la iglesia de Nuestra Señora de la Salud de Shirva. La enfermera fue sepultada en un cementerio de esta pequeña ciudad de la cual es originario su marido, a unos 50 km de Mangalore
Su cuerpo había sido repatriado el domingo desde Gran Bretaña, después de una misa de homenaje el sábado en la catedral londinense de Westminster. La mujer vivía desde hace doce años en Gran Bretaña después de haber vivido en Omán con su familia.
Los allegados a Saldanha, nacida en Mangalore, no deseaban comunicar con la prensa después del frenesí mediático que siguió a su muerte.
Según un periodista local que mantuvo el anonimato, la población se identificaba con su recorrido en la vida.
Numerosos hogares en la India tienen parientes próximos que optaron por exiliarse en Gran Bretaña o en los países del Golfo para encontrar un empleo en el sector terciario o en la ingeniería para enviar parte de su salario a la familia en la India.
Equipos de televisión se agolpaban para filmar el servicio religioso desde la entrada principal de la iglesia y obtener imágenes de los funerales mientras que una multitud compacta detrás de las barreras de seguridad observaba la ceremonia.
En su tumba, una simple cruz en blanco y negro mencionaba el nombre de la enfermera, su fecha de nacimiento y la de su muerte.
Las razones del gesto de Saldanha no fueron revelados. Pero la enfermera dejó tres notas.
Según el diario británico The Guardian, una de esas notas evoca la broma, la otra da instrucciones para su funerales y la tercer "se refiere al hospital y contiene críticas al personal".
El hospital, donde era atendida Catalina debido a fuertes náusea al comenzar su embarazo, aseguró haber apoyado a su empleada que no fue objeto de "ninguna medida disciplinaria".
La radio australiana 2Day FM, autora de la broma, ofreció 500.000 dólares australianos (unos 400.000 euros) a la familia de la enfermera, y suspendió "hasta nueva orden" a los dos animadores que hicieron la llamada telefónica.