Hoy se estrena en todas las salas de cine del país la primera película colombiana de este año, Lo azul del cielo. Protagonizada por Aldemar Correa, María Gaviria, Jhon Alex Toro, Noëlle Schönwald, Ana María Sánchez y la actriz española Ruth Gabriel, el film narra una historia en donde la moral tiene precio.
Camilo, interpretado por Correa, es un joven de 23 años de clase media, quien después de regresar del servicio militar y sin un claro porvenir en la vida, se ve presionado por su familia para que estudie o trabaje.
Él dedica la mayoría de su tiempo a jugar microfútbol y así conoce a Berri, el director técnico del equipo, quien le ofrece una oportunidad de trabajo que representa un reto moral que Camilo de entrada rechaza, pero al que accede finalmente: cuidar a Don Vicente, un antropólogo español secuestrado con fines económicos por una banda de delincuentes amateurs.
En medio de su secuestro, Vicente le cuenta a Camilo sobre su hija Sol; de tanto nombrarla en cada una de sus conversaciones el protagonista se enamora de una mujer que nunca ha visto, pero cuando la conoce deberá ocultar su identidad para conquistarla.
Ambos se sumergen en un idilio efímero hasta que algunos cabos sin resolver regresan del pasado reclamando justicia y obligando a Camilo a escoger otros destinos para evitar que su nuevo mundo se desvanezca.
Lo azul del cielo, se filmó en Medellín, aunque durante los 112 minutos de la película en ningún diálogo se hace evidente el lugar donde se desarrolla esta historia, que bien podría tener como escenario cualquier metrópoli de Latinoamérica. Un equipo conformado por grandes actores colombianos le otorga ese suspenso, acción y romanticismo a la película, sin encasillarse en lo folclórico o lo violento.
En la película Medellín se convierte en un personaje más y abre paso para que la historia de amor de Camilo y Sol tome lugar. La ciudad es presentada como lo que es, una ciudad vanguardista con una propuesta arquitectónica moderna e innovadora y evidencia la transformación positiva de una urbe que no para de reinventarse y que trata de dejar atrás un pasado marcado por el narcotráfico y sus secuelas.
Fue realizada por un equipo joven conformado en un 80 por ciento por mujeres y deja claro en aspectos como la fotografía, el sonido y la música, que el cine colombiano ha alcanzado un nuevo nivel en términos de producción, capaz de suplir los más exigentes mercados internacionales.
La cinta también cuenta con la participación de profesionales internacionales como el compositor musical de largometrajes Peter Golub, quien trabajó junto con James Newton Howard para la cinta The Great Debaters (2007), dirigida por Denzel Washington. Es una cinta que generará odios y pasiones, y reflejará la realidad de algunas personas que tienen una doble vida.