El actor estadounidense Philip Seymour Hoffman, que murió este mes aparentemente por una sobredosis de heroína, dejó todo su dinero a su novia de mucho tiempo, y a su hijo pequeño, según indicaron medios de prensa norteamericanos el miércoles.
Bajo los términos del testamento, redactado una década antes de que nacieran las dos hijas de la pareja, Hoffman dejó su patrimonio a Mimi O'Donnell - de quien se había separado recientemente - y pidió establecer un fondo fiduciario para su hijo Cooper, de 10 años.
Hoffman pidió que su hijo creciera en Nueva York, Chicago o San Francisco, o que visite esas ciudades al menos dos veces al año para estar expuesto a la "cultura, las artes y la arquitectura" que ofrecen.
Cooper debe heredar la mitad de su fondo fiduciario cuando cumpla 25 años y el resto cuando llegue a los 30, indicaron los medios.
O'Donnell, quien se separó de Hoffman debido al progresivo aumento de su consumo de drogas, vive actualmente con Cooper y sus hijas Tallulah (7) y Willa (5), en el barrio West Village de Manhattan, Nueva York.
El actor ganador del Oscar en 2006 (por la película "Capote"), fue encontrado muerto en su apartamento alquilado el 2 de febrero.