DESDE HACE varios años encontramos que la juventud se ve enmarcada con la moda y la influencia cultural de diferentes culturas urbanas. Hoy en día no hace falta más que echar una mirada en las universidades, bares y hasta parques para darnos cuenta que los Hipster son los que mandan la parada.
Los hipster
Hipster es un anglicismo empleado para referirse a una subcultura que se caracteriza por tener gustos e intereses asociados a lo vintage, alternativo e independiente; un look y una interpretación de la moda absolutamente particular, además de una sensibilidad variada e inclinada a estilos de vida alternativos, que se arraiga en el rechazo a las corrientes culturales predominantes.
Hipster es una palabra del inglés cuyo uso data de 1940, cuando era usada como un equivalente del término hepcat, un estilo o moda asociado al ámbito del jazz. Para su adaptación al idioma español, se suele utilizar con tilde en la i: hípster.
Moda de los hipster
En la década de 2000, la palabra empezó a calificar a un grupo de personas de edades comprendidas entre 15 y 35 años, por lo general de clase media y alta, que vive en las grandes ciudades del mund, y que combina prendas de ropa de estilo moderno y vintage, componiendo un look original.
Para crear el estilo extravagante, los hipsters rescataron algunos accesorios antiguos, entre los que destacan los sombreros de ala y los lentes de sol al estilo wayfarer; los pantalones pitillo, y los estampados con lunares y con patrones a cuadros, además de un estilo muy nerd en el cabello.
Música e ideología de los hipster
A los hipsters les encanta escuchar música jazz e indie, así como a músicos del estilo de Tom Waits, Bob Dylan o Devendra Banhart, y bandas de rock alternativo; tienen preferencia por las películas antiguas y el cine independiente y les encanta ir a las ferias de ropa usada y otros objetos de segunda mano; visitar galerías de arte y museos, y son amantes de las últimas innovaciones en materia tecnológica.
Luchan en contra de las convenciones sociales, tienen antipatía por la cultura comercial predominante y tratan de rescatar las culturas populares locales.
La gran paradoja de la cultura hipster es que, al popularizar su propia tendencia, que consiste en un constante rechazo hacia las modas dominantes y una búsqueda de patrones de vida alternativos, se ha convertido a sí misma, en todo aquello que rechaza, es decir, un movimiento no hipster.