El aprecio universal y milenario convirtieron a las perlas en una de las primeras riquezas naturales, fuente de anécdotas de reyes, reinas y actrices, y también de falsas creencias.
Las perlas y su historia son objeto de una gran exposición en el museo Victoria y Alberto de Londres que se abre el sábado -hasta el 19 de enero de 2014- y reúne doscientos valiosos ejemplares.
La perla que, incrustada en un pendiente, llevaba el rey Carlos I de Inglaterra al ser decapitado en 1649, el collar que el beisbolista Joe di Maggio regaló a la actriz Marilyn Monroe o alguna de las joyas de la Corona francesa que se vendieron tras la Revolución, forman parte de la exposición.
La desafortunada Marilyn llevó ese collar a las audiencias de divorcio con Di Maggio y siempre le tuvo apego porque le traía recuerdos de los tiempos felices.
La muestra pretende además combatir varias leyendas falsas sobre las perlas, como que se encuentran en la arena (si encuentran una vez alguna procede seguramente del excremento de un pez).
"He tratado de hacer llegar al público general varias ideas. La primera es que cualquier molusco con caparazón es capaz de producir una perla", y no sólo las ostras, explicó Hubert Bari, comisario de la exposición y doctor en mineralogía.
"Las vieiras dan hermosas perlas", por ejemplo, explicó.
Eso no significa que sea fácil encontrarlas: para dar con una perla natural en los caladeros del Golfo es necesario abrir unos 2.000 moluscos.
"La segunda" idea que quiere transmitir la exposición "es que una perla nunca se forma a partir de un grano de arena", agregó. "Si cortan una perla en dos nunca encontrarán un grano de arena".
Las perlas se forman por la entrada de un parásito en un molusco que altera las células responsables de construir el caparazón del animal y crece a partir de sucesivas deposiciones de nácar.
Las perlas fueron la primera riqueza natural del Golfo -la perla natural más antigua data del 7.500 antes de Cristo y se encontró en un yacimiento arqueológico en Arabia.
En su tercer viaje al Caribe en 1498, Colón descubrió abundancia de perlas en la costa venezolana. La bahía de California, el golfo de México y el Caribe en general se convirtieron en grandes caladeros y compitieron con el Golfo hasta que las existencias empezaron a declinar en el siglo XVII.
"Estamos explicando la historia de las perlas a través de la historia", explicó Beatriz Chadour-Sampson, historiadora de las joyas y segunda comisaria de la exposición.
"En Roma eran un signo de lujo y poder, autoridad y rango. En el periodo medieval se compara el nacimiento de una perla con la inmaculada concepción de María", agregó.
De hecho, siempre fueron símbolos: "de tristeza, pena (...) pero también de alegría". "Se decía que eran lágrimas de Dios caídas en el mar", dijo Chadour-Sampson.
Desgraciadamente, la exposición no cuenta con la que es seguramente la perla más famosa del mundo, la Pelegrina, que fue del rey Felipe II de España y que el actor británico Richard Burton regaló a la actriz Elizabeth Taylor, con quien protagonizó una turbulenta historia de amor.
La perla, que era parte de un collar de diamantes se vendió en 2011 en una subasta en Nueva York por unos 11 millones de dólares.