Por: Pamela López
Enviada de EL NUEVO SIGLO
MEDELLÍN
Finos cortes, telas que se convierten en otra piel y diseños exquisitos, propios de Polite, la catapultan como una de las marcas de moda nacionales con mayor proyección internacional. La firma, dirigida por el ibaguereño Carlos Polite, es una de las que goza del lujo y la satisfacción que pocos diseñadores de nuestro país se pueden dar: reconocimiento global.
Todo inició en un pequeño taller de costura donde al principio sólo confeccionaban vestidos de baño, bajo la dirección de Cecilia Polite, madre de Carlos, Diana y Natalia. Actualmente ellos son quienes trabajan para que la marca mantenga su sello único e inspirador.
Carlos, director creativo, es capaz de llevar esa delicadeza femenina al nivel más alto con sus prendas concebidas para que quien las use sea capaz de reinterpretarlas y acomodarlas a su cuerpo. Innovación y creatividad corren por las venas de los Polite o mejor dicho los Cortés, porque cuando empezaron con el negocio a Carlos se le ocurrió la idea de traducir su apellido al inglés.
Lo que empezó como un pequeño taller se convirtió poco a poco en una casa de prendas sofisticadas, en donde los conceptos que se usan para cada una de sus colecciones es un reflejo del alma de Carlos Polite, quien vive desde hace más de una década en España. Formarse como creativo en la madre patria le sirvió a él y a su familia para ver el mundo de la moda desde otra perspectiva, salirse de los esquemas que aún no se rompen acá y arriesgándose a ser diferente.
Garden of Edén
El año pasado Polite presentó la colección Mari mari bienvenue, en donde el azul fue el protagonista y las mujeres de aquella pasarela se convirtieron en muñecas vivientes luego de pasar, una a una, con una delicadeza exacerbada. En esta pasarela de aquel jueves 26 de julio de 2012, se destacaron los estampados de vírgenes en cada una de las prendas.
La evolución constante de la marca se dio ayer, con la colección Garden of Eden que estuvo llena de estampados inspirados en el libro del mismo nombre que le obsequiaron a Carlos, de donde él extrajo su idea conceptual.
El verde, el azul pero como base el crudo, fueron los colores de una paleta exquisita cargada, una vez más, de innovación. Los tejidos naturales, como la seda, y tecnológicos, como el spaicer, sello Polite, crearon una sinergia perfecta que dio como resultado siluetas “boxy” en vestidos que se amplían en los hombros y se estrechan en las piernas.
El estilo de los años 50 se pudo evidenciar en una de las mejores pasarelas de Colombiamoda 2013, además, hasta el público menos conocedor se dio cuenta del sello indiscutible Polite con el péplum y los pantalones llenos de sofisticación: la magia del Edén.