El icónico diseñador británico John Galliano, despedido por la casa Dior en 2011 por lanzar, borracho, injurias racistas, afirmó estar "agradecido" por su caída en desgracia, ya que lo obligó a enfrentar sus problemas de alcohol y drogas y pudo reencontrarse a sí mismo.
En una entrevista con la revista estadounidense Vanity Fair que se publica este jueves, anunciada como el primer reportaje del diseñador sobrio luego del escándalo que arruinó su carrera en la famosa casa francesa, Galliano dijo haber negado durante años su problema de abuso de sustancias.
"Suena un poco extraño, pero estoy muy agradecido por lo que sucedió", dijo Galliano en un adelanto de la entrevista publicada el martes en el sitio web de la revista.
"He aprendido mucho sobre mí mismo. He redescubierto aquel niño que tenía ansias de crear, que creo que había perdido. Estoy vivo", agregó.
El modisto de 52 años fue condenado a multas por un total de 6.000 euros (unos 8.400 dólares), tras ser declarado culpable de hacer insultos antisemitas en público - algo considerado un delito por la ley francesa - por dos incidentes ocurridos en 2010 y 2011.
Galliano se sometió a un tratamiento de desintoxicación en un centro en Arizona (suroeste de EEUU) a raíz del escándalo, que estalló después de la divulgación de un video que mostraba su diatriba contra los judíos en un bar parisino.
"Cuando lo vi, vomité", dijo Galliano de la evidencia irrefutable filmada. "La sensación era como si estuviera a punto de dar un paso a la calle y un autobús o camión me pasara al lado y la sangre se escurriera de mis piernas".
"Quedé paralizado del miedo", agregó.
Galliano dijo a Vanity Fair que quedó desconcertado por la naturaleza de sus insultos, e insistió en que "no quería decir" lo que dijo.
"Es lo peor que he dicho en mi vida, pero no quería decir eso... He estado tratando de averiguar por qué dirigí mi ira hacia esa raza", dijo.
"Ahora me doy cuenta de que estaba tan... enojado y tan descontento conmigo mismo que acabé diciendo la cosa más repugnante que pude".
Galliano dijo que su vida se había salido de control poco antes del escándalo, y confesó que habría terminado "en un asilo mental o dos metros bajo tierra" si no hubiera cambiado su estilo de vida.
"Nunca tomé para ser creativo, o para hacer una investigación", dijo. "Yo no necesito alcohol para nada de eso. Al principio el alcohol era como una muleta fuera de Dior. Luego lo usaba para desmoronarme después de las colecciones".
"Me llevaba un par de días superarlo, como todo el mundo. Pero con más colecciones, me desmoronaba más a menudo, y terminé siendo un esclavo de eso".
"Entonces aparecieron las pastillas porque no podía dormir. Y otros comprimidos, porque no podía dejar de temblar. Y luego tenía enormes botellas de bebidas alcohólicas que la gente me daba. Al final, tomaba todo lo que caía en mis manos", contó.
"Vodka o vodka y tónica, vino, con la idea de que eso me ayudaría a dormir. Error. Tenía todas esas voces en mi cabeza, haciéndome tantas preguntas, pero nunca admití por un segundo que yo era un alcohólico. Pensé que podía controlarlo".
Galliano, que pasó casi 15 años en Dior, es ampliamente considerado como uno de los diseñadores más brillantes de su generación.
Tras sus declaraciones antisemitas, el modisto británico se reunió con líderes judíos para disculparse, y trató de recuperar sus vínculos en el mundo de la moda.
Pero su rehabilitación tras el escándalo ha sido difícil. El mes pasado, la Escuela de Diseño Parsons de Nueva York canceló un taller que iba a dar en esa prestigiosa universidad de la moda, citando desacuerdos sobre su contenido./AFP