Admiradores del escritor colombiano Gabriel García Márquez, fallecido el año pasado, se acercaron a su casa de Ciudad de México para llevarle sus flores favoritas y otros regalos en el 88 aniversario de su nacimiento.
"Han venido algunos seguidores y le han dejado rosas amarillas. No le han cantado 'Las Mañanitas' (la canción tradicional de cumpleaños en México) pero desde temprano hay llamadas de muchos amigos", explicó a la AFP Genovevo Quiroz, asistente de García Márquez durante años.
Su viuda, Mercedes Barcha, "se encuentra muy bien de salud. Ahora está comiendo en la casa con algunos amigos cercanos", señaló el asistente sin identificar a ninguno de los invitados.
El propio autor de "Cien años de soledad" (1967) acostumbraba a saludar cada año en la puerta a los admiradores y periodistas que acudían a felicitarle por su aniversario a su residencia de la calle Fuego, en el sureño y exclusivo barrio de El Pedregal.
El año pasado "Gabo", como se le conocía cariñosamente, salió impecablemente vestido, con una rosa amarilla en la solapa, a tomarse fotos y recibir flores y otros regalos. No pronunció palabra pero saludó a cada uno de los reporteros y tarareó emocionado con ellos "Las Mañanitas".
El día de su cumpleaños era prácticamente la única ocasión en que se podía ver en público a García Márquez, ya que en los últimos años había limitado al máximo sus apariciones y especialmente sus declaraciones por motivos de salud.
Pocas semanas después de su último aniversario, el ganador del Nobel de Literatura de 1982 fue hospitalizado por un cuadro de neumonía y el 17 de abril falleció en su vivienda de la capital mexicana, ciudad donde el genio de Aracataca (Caribe colombiano) se había instalado hacía más de cuatro décadas/AFP.