El funeral de la decana de la alta costura francesa Marie-Louise Carven, fallecida el lunes a los 105 años, se celebró el viernes en París, en una iglesia decorada con lazos verdes, su color preferido.
Del centenar de personas que se reunieron en la iglesia de Saint-Roch, algunas llevaron un fular o un accesorio de este color.
"Carven es sin duda el verde, el color de la esperanza, de la suerte y de la juventud", recordó una sobrina nieta durante uno de los discursos.
El sacerdote elogió la memoria de una "personalidad jovial", llena de "generosidad, de bondad y de optimismo".
Yvon Gattaz, antiguo dirigente de la patronal francesa y viejo amigo de Marie-Louise Carven, alabó "la audacia" de la modista. "Desde 1945, fuiste una gran emprendedora pese a tu pequeño tamaño", declaró.
Nacida como Carmen de Tommaso, la creadora se cambió el nombre por el de Carven, lanzando así su firma de moda en 1945. Carven representó el estilo despreocupado y alegre de posguerra, diseñando vestidos llenos de frescura para las mujeres de talla pequeña, como ella.
Abandonó la creación en 1993, con 84 años. En 2000, fundó la asociación Grog-Carven que apoya a los jóvenes talentos en los ámbitos de la historia del arte y de la moda.
La firma Carven, que dejó la alta costura para centrarse en el prêt-à-porter, fue relanzada en los últimos años por el joven diseñador Gillaume Henry. A principios de año, el dúo compuesto por Adrien Caillaudaud y Alexis Martial, para las colecciones femeninas, y Bernabé Hardy para la moda masculina, remplazaron al joven modisto.