Los nubarrones se acumulan en el cielo del famoso Festival de ópera de Bayreuth, que se inaugura el viernes en ausencia de Angela Merkel por primera vez en diez años, tras una abucheada edición 2013 que conmemoró el bicentenario de Richard Wagner.
Desde su llegada al poder en 2005, la jefa del gobierno alemán no se había perdido ninguna inauguración de este acontecimiento musical y mundano organizado cada verano en Baviera (sur), dedicado exclusivamente a la obra de Wagner. Pero este año la canciller invocó un "problema de agenda".
Bayreuth era una de las raras ocasiones en que Merkel dejaba de lado su habitual traje pantalón para ponerse un vestido largo. La canciller asistirá de todas formas al festival en algún momento, aseguró el portavoz del evento, Peter Emmerich.
Sin embargo, entre los festivaleros se murmura que el motivo de su deserción es en realidad la puesta en escena del alemán Sebastian Baumgarten prevista para el "Tannhäuser", que generó una opinión unánime en contra.
Lapidario, el Frankfurter Allgemeine Zeitung estimó que Bayreuth sufre de "arterioesclerosis artística" y que se está transformando en algo "tan exaltante como una cerveza pasada".
- Kalashnikovs y prostitutas -
Desde hace tiempo, la selección de los directores de escena divide a los fanáticos de Wagner que remontan cada año la famosa colina verde coronada por el Festspielhaus, el teatro creado especialmente por el compositor para que se representen sus obras.
Lejos de acallar las críticas, la llegada al frente del festival en 2009 de las bisnietas del compositor, Katharina Wagner y Eva Wagner-Pasquier, las exacerbó a niveles inéditos.
Katharina, directora de teatro, dirigirá sola el festival a partir del año que viene. Pero sus producciones, cuya estética punk comparte con los directores de escena que invita a Bayreuth, no gustan al público.
Uno de ellos, el niño terrible del teatro alemán, Frank Castorf, había marcado la edición 2013 con una controvertida interpretación del "Ring", la famosa tetralogía de Wagner, presentada con motivo del bicentenario del nacimiento del compositor.
El público más bien conservador de Bayreuth abucheó salvajemente esta relectura a lo Tarantino de "El Oro del Rin", "La Valquiria", "Sigfrido" y "El Ocaso de los Dioses" con fusiles kalashnikov, coito de cocodrilos y prostitutas para representar a las hijas vírgenes del Rin.
Designado tardíamente al frente de esa Tetralogía tras una primera propuesta a Wim Wenders, Castorf argumentó el año pasado que tuvo poco tiempo para trabajar.
- Asientos vacíos -
Este año fue más vengativo y en una entrevista con el semanario Der Spiegel, Castdorf acusó al dúo de directoras de haberlo tratado como a un "idiota" y de reinar sobre el Festspielhaus en un clima de miedo e intimidación digno de la ex Alemania oriental.
El director de escena dejó incluso vislumbrar una posible batalla judicial, afirmando haberse asesorado al respecto con el prominente abogado de la izquierda radical alemana, Gregor Gysi.
El boicot del público y las críticas por las puestas en escena descabelladas comienzan a reflejarse en la boletería, un indicio alarmante para un festival habituado a desarrollarse con sala repleta de principio a fin.
Las entradas para Bayreuth son unas de las más codiciadas del mundo de la ópera y la música clásica, con listas de espera que superan los diez años o más.
Pero este año, en que por primera vez se pusieron en venta entradas por internet, no todas se vendieron de inmediato. Y quedan incluso entradas para una de las series del "Ring" de la semana próxima.
El festival de Bayreuth se desarrollará hasta el 28 de agosto, con un total de 30 representaciones de siete óperas: "Tannhäuser", "El holandés errante", "Lohengrin" y las cuatro obras del Anillo del Nibelungo. Tras el esfuerzo excepcional realizado el año pasado para montar el "Ring", este año no se anunció ninguna nueva producción.