Exposición con un juego de tiempos paralelos | El Nuevo Siglo
Jueves, 1 de Marzo de 2012

La ausencia se vuelve tangible en la obra de arte plástico de Edgar Guzmán Ruíz denominada Atrapaluces y Matrioshkas, que se compone en dos partes: la primera es una intervención en el espacio y la segunda es una serie de piezas de las famosas muñecas rusas que se guardan unas dentro de otras.

 

 

A través de la muestra  el creativo propone un juego en el que intervienen varias realidades y tiempos paralelos, en el cual se reflexiona sobre las personas y los espacios que habitan.

En la exhibición se manifiesta, a través de la técnica, la formación como arquitecto de Germán Ruiz, sobre todo por el uso que éste hace de las líneas y las curvas. El artista también hace un análisis minucioso sobre la convergencia de realidades anacrónicas, esas que según él mortifica al mismo tiempo.

Ruiz entra con esta muestra a indagar sobre los comportamientos humanos y sobre la luz como potenciadora de múltiples lecturas en un lugar que siempre ha sido considerado, desde diversas perspectivas, como un templo.

La exposición se presenta en la Galería Alonso Garcés hasta el 17 de este mes.

Huellas de soledad y lo anacrónico

La soledad viene acompañada de algo que transita en la imaginación y se hace presente en varias sensaciones a veces imprevistas.  Las Matrioshkas, aquellas muñecas rusas que se guardan unas dentro de otras, reflejan, de algún modo, esa soledad que viene acompañada de muchas situaciones internas (vacíos, deseos, frustraciones). No se trata de una soledad física, sino de aquella soledad mental que circula a través de los objetos y que deja huella en nuestras memorias. Estas Matrioshkas traen sus recuerdos de situaciones predeterminadas pero ausentes. Se ven y en el entretanto, angustiosamente, se van desvaneciendo.

En el espacio de Atrapaluces  el artista plástico desempolva el recuerdo colectivo  de hace 40 años que se tiene de la Galería Alonso Garcés mediante la intervención de este espacio, el cual según él tiene un antiguo espíritu de capilla, razón por la que este gran explorador del alma y del tiempo, destapa aquella memoria guardada, como quien levanta un velo espeso que se ha posado con el tiempo.

En esta intervención se ve un gesto que ayuda a comprender la fragilidad del ser humano frente al tiempo y la potencia de la penumbra en el recogimiento que siempre ha permeado este lugar.

Edgar Guzmán Ruiz es arquitecto de la Universidad de Los Andes y maestro en arte y arquitectura de la Academia de Arte de Dusseldorf, Alemania, donde vivió ocho años. Ha participado en exposiciones colectivas e individuales en Egipto, Francia, Japón, Alemania, Estados Unidos y Colombia.

Algunas de sus obras hacen parte de las colecciones de arte del MOLAA (Museum of Latin American Art) en California; del Museo Schloss Freudenberg en Wiesbaden y Berliner Unterweltene V. en Berlín; del MamBo, Museo de Arte Moderno de Bogotá y del Arte del Banco de la República.