La prestigiosa Orquesta Filarmónica de Viena, objeto de críticas por sus reticencias a aclarar su pasado nazi, admitió la noche del domingo que estuvo dirigida de 1954 a 1968 por un exnazi de las SS, la tropa de élite del dictador Adolf Hitler, y colaborador de la Gestapo.
Esta es la revelación más espectacular de la investigación realizada por historiadores por iniciativa de la Filarmónica sobre "las páginas oscuras" de su historia, de 1938 a 1945.
Dichos historiadores tenían por misión estudiar "la politización de la orquesta bajo el nazismo", "las biografías de los músicos excluidos, perseguidos y, eventualmente, asesinados por razones racistas y políticas", así como "los archivos disponibles sobre la nazificación y la desnazificación".
Oliver Rathkolb, profesor de la Universidad de Viena, que reveló recientemente nuevos elementos sobre el compromiso nazi del director de orquesta austriaco Herbert von Karajan, coordinó el estudio, asistido por Fritz Trümpi, autor en 2011 del libro "Orquestas politizadas: las orquestas filarmónicas de Viena y Berlín bajo el nacional-socialismo", y por Bernadette Mayrhofer, que estudió los casos de exclusión y deportación de músicos judíos.
Los resultados de su estudio fueron desvelados en una conferencia de prensa en la Ópera de Viena (Staatsoper) en presencia de su director general, el francés Dominique Meyer, y el director de orquesta indio Zubin Mehta.
Estos historiadores revelaron que un trompetista de la orquesta, Helmut Wobisch, miembro desde 1933 del Partido nazi NSDAP, entonces clandestino, de las SS desde 1938 y colaborador de la Gestapo, fue excluido de la orquesta en 1945 y reintegrado en 1951 antes de acceder a la presidencia de la prestigiosa falange, cuyos músicos eligen a su "patrón".
Helmut Wobisch es quien hace entrega en 1966 de una copia de la más alta distinción de la Orquesta Filarmónica, el Anillo de Honor, al dirigente nazi Baldur von Schirach, jefe de las Juventudes Hitlerianas y luego Gauleiter (gobernador) de Viena (1941-1945), condenado a 20 años de cárcel por el Tribunal de Nuremberg, graciado en 1966.
Otro dirigente nazi que recibió el Anillo de Oro, en 1942, Arthur Seyss-Inquart, gobernador general de Austria, después comisario del III Reich en Holanda, desde donde organizó la deportación de 100.000 judíos a los campos de exterminio nazis, lo que le valió ser condenado en 1946 por crímenes de lesa humanidad por el tribunal aliado de Nuremberg y ejecutado.
Según las indagaciones Bernadette Mayrhofer y del portavoz de los músicos de la orquesta, el violinista Clemens Hellsberg, seis músicos judíos de la Filarmónica fueron asesinados y diez, deportados a campos de exterminio nazis. Ninguno de los que consiguieron exilarse, sobre todo en Gran Bretaña y Estados Unidos, ha vuelto a pesar de la invitación de la orquesta.
La proporción de miembros del NSDAP nazi en la formación -60 músicos de 123 en total- también era muy superior a la media en la población (un 10%). A título comparativo, era "solamente" del 20% en la Filarmónica de Berlín.
Con ocasión del 75º aniversario de la anexión (Anschluss) de Austria por la Alemania nazi, el 12 de marzo, las conclusiones de esta investigación histórica podrán ser leídas en la página de internet de la Orquesta Filarmónica de Viena.
Y el portavoz de la orquesta, Clemens Hellsberg, que había publicado en 1988 un estudio sobre el tema, subrayó la noche del domingo que "era difícil seguir diciendo que 'la creación de las sinfonías 2ª y 3ª de Johannes Brahms, o la 9ª de Gustav Mahler somos nosotros, pero de 1938 a 1945 fueron otros', se ha hecho inpensable".
Esta investigación es objeto también de un documental de Robert Neumüller para la televisión pública austríaca ORF, "Las sombras del pasado - La Orquesta Filarmónica bajo el nacional-socialismo" ("Schatten der Vergangenheit - die Wiener Philharmoniker im Nationalsozialismus"). La escena final de dicho documental es -algo insólito en este tipo de películas- particularmente emocionante: coincidiendo con un ensayo bajo la dirección del austriaco Franz Welser-Möst, con la música del "Sinfonía del Adiós" de Josepf Haydn, se ven a músicos de hoy que, uno detrás de otro, depositan su instrumento en la silla de cada uno de los músicos judíos asesinados y abandonan la sala.