La mayor exposición dedicada al surrealista español Salvador Dalí en 30 años abre el miércoles en el Centro Pompidou de París, con la pretensión de revelar las mil y una facetas de una de las figuras más fascinantes y polémicas y del arte del siglo XX.

Excéntrico, provocador, obsesionado por el sexo y el dinero, el "Avida Dollars", como lo bautizó André Breton, creó una imagen que ha ocultado, y a veces ensombrecido, su genialidad como artista.

"Esta retrospectiva busca ahora revalorizar a Dalí", indicó Manuel Borja Villel, director del museo madrileño Reina Sofía, que ha aunado fuerzas con el Pompidou para organizar la muestra, que reúne unas 200 obras, entre ellas algunas que jamás han sido expuestas.

"Lo 'daliniano' ha absorbido frecuentemente a Dalí. Por eso esta exposición es necesaria, porque nos exige leer entre las líneas, ir más allá de las máscaras que él construía", subrayó Borja, en la presentación el lunes a la prensa de la exposición.

A Dalí (1904-1989), un personaje que encarnaba la extravagancia y la grandiosidad, no le habría gustado una exposición común y corriente.

"El merecía una exposición grandiosa, abundante, que lo revelara en todo su esplendor", subrayó el director del Museo de Arte Moderno del Centro Pompidou, Alfred Pacquement, que recordó que la última retrospectiva consagrada a Dalí, que tuvo lugar en 1979, impuso un récord de público -casi 900.000 visitantes-.

La hazaña de haber logrado reunir tantas obras, y de todos los periodos del artista nacido en Figueras, - pinturas, esculturas, objetos, dibujos- ha sido posible sólo porque el Centro Pompidou se unió al Reina Sofía, que presentará la retrospectiva desde el 24 de abril del 2013, recalcaron los organizadores.

Fue eso lo que permitió conseguir obras excepcionales, como "La Persistencia de la Memoria" (1931), que es uno de los tesoros del MoMa (el Museo de Arte Moderno de de Nueva York), y la "Construcción blanda con judías hervidas (Premonición de la guerra civil)" (1936), que ha sido prestada excepcionalmente por el Museo de Arte de Filadelfia, indicó Monsé Aguer, una de las cuatro comisarias.

La ambiciosa retrospectiva -cuyo núcleo es el periodo surrealista, centrado en el método paranoico-crítico desarrollado por Dalí- explora lo que nutrió su visión del mundo.

Su infancia y los paisajes rocosos y luminosos de Cadaquez, su familia -con la que rompió violentamente-, sus encuentros en la Residencia de Estudiantes de Madrid, a finales de los 1922, con Luis Buñuel y Federico García Lorca, sus obsesiones, fobias, lecturas, su saber enciclopédico, su interés por el cine, por el espectáculo, por la ciencia: las diferentes secciones de la exhibición reflejan todo ese universo complejo y rico.

¿Pero por qué esperar tanto, 32 años, para que París, y Madrid, le consagren una retrospectiva a uno de los mayores genios de la pintura española, cuyo centenario de nacimiento pasó casi sin pena ni gloria?, preguntó la AFP al director del Reina Sofía.

"Dalí era un personaje incómodo", reconoció Borja, recordando que las posiciones políticas de artista, que se declaraba como "franquista", llevó a que se le rechazara, y que muchos historiadores de arte lo marginaran. "No era un personaje simpático".

"Y creo que se necesitó que pasara todo este tiempo, que se pudiera tener una cierta distancia de la violencia de esa época, para poder consagrarle a Dalí una retrospectiva como esta", dijo.

El Centro Pompidou señala que, aunque espera a cientos de miles de visitantes, el récord establecido por la retrospectiva de hace 32 años seguirá siendo el récord de asistencia del museo parisino, porque ahora existen restricciones que no había antes.

"Sólo 650 personas pueden estar en la sala", indicó el servicio de prensa del museo.

El Pompidou ha previsto visitas nocturnas, del jueves al sábado, cuando la exposición estará abierta hasta las 23h00 locales.