ANTE MÁS de 300 invitados y en un ambiente totalmente macondiano, el Parlamento Europeo rindió un gran homenaje a la memoria del Nobel colombiano de literatura Gabriel García Márquez, en un evento organizado por la Embajada de Colombia en Bruselas y Marca País, y que tuvo el apoyo de varias empresas públicas y privadas.
El tributo, que contó con la presencia del Presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, y otras importantes personalidades, estuvo acompañado de un conversatorio literario conducido por el Director de La W Radio, Julio Sánchez Cristo, y contó además con la participación del hermano de Gabo, Jaime García Márquez; el biógrafo del Nobel, Gerard Martín; y el escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez.
Durante el coloquio se hizo un rápido y ameno recorrido por la vida pública, privada y secreta del Maestro Gabo. Algunos de los momentos más destacados fueron cuando Gerard Martín se refirió a que “El realismo mágico es, de alguna manera, la confluencia de nuestra realidad europea y otras realidades de distintas partes del mundo”. Así mismo, el escritor Juan Gabriel Vásquez expresó que: “Asumimos con demasiada rapidez que realismo mágico es contar aspectos sobrenaturales con total naturalidad, eso es sólo una parte del descubrimiento de Gabo”. Luis de Grandes, parlamentario europeo y uno de los asistentes al homenaje aseguró que “No es exagerado que se compare la obra de Gabo con la de Cervantes. ¡Viva Gabo, Viva Colombia y Viva Europa!”, puntualizó.
Después de éste inolvidable conversatorio se continuó la celebración con el concierto del cantautor colombiano Fonseca, dos veces ganador del Premio Grammy Latino, quien entonó -a ritmo de acordeón, guitarra, percusión y bajo- clásicos de la música vallenata preferida por Gabo como: “Cariño de mi pueblo”, “Gratitud”, “Jaime Molina”, “Diosa Coronada”; así como éxitos propios del artista.
Como parte del póstumo evento, un contenedor con la mirada de Gabo pintado por el colectivo de grafiteros Artevimiento llegó la semana pasada al Puerto de Amberes, en Bruselas, luego de atravesar durante tres semanas el océano Atlántico desde la Sociedad Portuaria de Cartagena, en Colombia, con el apoyo de la compañía naviera Hamburg Sud.